El Real Madrid tendrá que refrendar en el Bernabíéu su pase a cuartos de la Champions. Lo tuvo encauzado hasta el minuto 92, cuando Wernbloom cazó un rechace en otra jugada a balón parado píésimamente defendida por los blancos, y van ya unas cuantas esta temporada. Un gol que alimenta la esperanza del CSKA, al tiempo que castiga la falta de instinto asesino de un Madrid que siempre creyó suficiente el gol de Cristiano.