Se acabó lo que se daba. El primer paso lo dio ayer Telefónica, al anunciar el fin de la subvención de terminales, y su ejemplo será imitado por el resto de los principales operadores de telefonía móvil. Tanto Vodafone como Orange no ocultan desde hace meses sus intenciones de reducir la subvención de terminales y poner freno a la sangría de gastos que esa política de descuentos representa en sus cuentas de resultados.
Según han explicado a elEconomista fuentes del sector, las compañías han tomado conciencia de que buena parte de la caída de su rentabilidad está relacionada con la estrategia "insostenible y suicida" de los descuentos de smartphones y tabletas.
Todo lo anterior acarreará el progresivo encarecimiento del precio final de los dispositivos, algo que romperá moldes en la historia de la telefonía móvil española.
Práctica generalizada
Entre otros efectos colaterales de este próximo cambio de comportamiento de los operadores sobresale la previsible pujanza del mercado libre de móvil (sin descuentos por parte del operador), que irá ganando peso en los próximos años. De hecho, el desequilibrio que existe en España no se produce en ningún otro país, ya que el 97 por ciento de las ventas de móviles se canalizan a travíés de los operadores y sólo el 3 por ciento se comercializa en el mercado libre, según apuntan los fabricantes consultados.
Tal y como se desprende del anuncio de Movistar, y de las intenciones de Vodafone y Orange, la práctica totalidad de los usuarios acostumbran a cambiar de telíéfono móvil a travíés del canje de puntos o por medio de promociones relacionadas con el cambio de operador o con la activación de una nueva alta.
Asimismo, la nueva estrategia de las compañías de móviles obligará a los usuarios a pagar cada vez más por sus dispositivos. "Se acabarán los grandes descuentos que erosionan los márgenes de los operadores de móviles y de los fabricantes", apuntan en el sector.
No salen las cuentas
Fuentes de Vodafone estiman que los costes de adquisición y retención de los clientes en España representan el 26,6 por ciento del total de los ingresos, frente al 17,2 por ciento de otros países europeos, según datos del primer semestre del ejercicio fiscal de la multinacional británica.
"Estamos preocupados por el nivel de subvención que existe en el mercado español, pero eso no significa la eliminación de las ayudas sino cierta racionalización de las mismas", explican fuentes próximas al operador rojo. La misma compañía estimó el pasado septiembre de 2011 que el volumen de los subsidios de Vodafone es comparable al de inversión en infraestructuras de red, alrededor de 1.600 millones al año. Como paso intermedio, Vodafone España ha optado por dilatar el periodo de permanencia de sus contratos vinculados a subvención de terminales, pasando de 18 a 24 meses.
La preocupación de Vodafone es compartida por Telefónica y Orange, que lamentan la existencia de "un excesivo gasto comercial en la subvención de terminales que va más allá de las necesidades de los clientes", como dijo Jean-Marc Vignolles, consejero delegado de Orange España en las XXV jornadas de telecomunicaciones de la UIMP, celebradas en septiembre de 2011.
La mitad de los 'iPhones'
Otras fuentes del sector apuntan que "Apple no hubiera vendido ni la mitad de los iPhones comercializados en España sin el esfuerzo realizado por los operadores ". Es el caso del operador estadounidense Sprint, que sufrió unas píérdidas de 1.300 millones de dólares por los costes de la subvenciones de los iPhones entre los meses de octubre y diciembre de 2011, tras vender 1,8 millones de móviles de Apple.
Un reciente estudio de Booz & Company asegura "que la disminución en el precio de los smartphones ha resultado fundamental para la popularización de estos dispositivos, aunque las políticas de subsidios actuales resultan ahora insostenibles".
Los grandes operadores de telefonía se han esforzado en los últimos años en reducir costes de adquisición de los terminales, ya sea a travíés de economías de escala o con una mayor presión sobre los márgenes de los fabricantes. Al mismo tiempo, las compañías promueven la adquisición de smartphones de bajo precio con el objetivo de popularizar este tipo de dispositivos y, al mismo tiempo, multiplicar sus tarifas planas de datos asociadas a esos equipos.