La CAM saldrá más cara que la banca si mantiene los precios de su colocación
Por Pedro Calvo / Patricia Vegas para el Economista
La prolongación de la crisis financiera desatada en verano de 2007 va a mediatizar por completo la histórica emisión de cuotas participativas de la CAM, que constituye la primera operación de este tipo que tiene lugar en España. El menor ritmo al que va a crecer el resultado de las entidades de críédito, la caída de las cotizaciones de la banca y los recelos que continúan envolviendo al sector financiero obligarán a la caja a ajustar el precio de salida de sus títulos si quiere tener recorrido alcista en los parquíés.
El primer contratiempo al que se enfrenta la CAM es la reducción del ritmo de incremento de los beneficios. Según los datos de la consultora FactSet, el resultado de los seis bancos presentes en el Ibex 35, el índice más importante de las bolsas españolas, va a crecer este año un 7,35 por ciento. Si se aplica este mismo dato a la caja, saldará el ejercicio de 2008 con un beneficio de 414,08 millones de euros, toda vez que durante el año pasado ganó 385,7 millones.
Una vez obtenido este cálculo, la CAM deberá tener en cuenta el importante descenso que ha sufrido el sector en bolsa. Como consecuencia de esta realidad, el PER (número de veces que los beneficios de una compañía están recogidos en su valor bursátil) medio de la banca se sitúa este año en las 8,6 veces.
Borrón y nuevas cuentas
Combinando tanto las expectativas de beneficio como el PER del sector en 2008, la CAM se encuentra con el primer gran obstáculo de su operación: la banda de precios orientativa que ha establecido en su folleto de emisión provoca que íésta salga cara con respecto a los bancos, que es el sector con el que debe compararse su negocio.
La entidad ha fijado una horquilla que oscila entre los 5,84 y los 7,3 euros para cada una de las 50 millones de cuotas que tiene previsto lanzar al parquíé -equivalentes al 7,5 por ciento de su patrimonio-. Si íéstas debutaran en el precio más bajo -5,84 euros-, saltarían a los mercados bursátiles con un PER de 9,4 veces, proporción que aumenta hasta las 11,7 veces si se estrena a 7,3 euros -siempre sobre la previsión de que su beneficio crezca al ritmo medio esperado para la banca en 2008-. En ambos casos, por tanto, supera la media de las 8,6 veces que presentan ahora los bancos presentes en el Ibex.
Para situarse a la misma altura que los bancos, la CAM debería rebajar sus expectativas. Y con fuerza, además, ya que tendría que salir a 5,34 euros -un 7,9 por ciento por debajo del precio mínimo y un 26,8 por ciento inferior al máximo- para obtener un valor de mercado de 3.561,1 millones de euros que, teniendo en cuenta las previsiones de beneficios de 414,08 millones, sería el que conduciría al citado PER de 8,6 veces.
Cuestión de mínimos
Ahora bien, bajar el listón hasta los 5,34 euros por título no sería una solución mágica y definitiva, sino una cuestión de mínimos. Si la entidad quiere debutar a un precio que deje recorrido alcista a sus cuotas, cuyo salto al parquíé está previsto para el 23 de julio, deberá ir más lejos.
En primer lugar, porque el entorno no es el más propicio. La prolongación de la crisis financiera continúa poniendo en el disparadero a las entidades de críédito. "El momento de mercado no puede ser peor y si siguen adelante es por la necesidad de captar fondos", sostiene Juan Josíé Fernández Figares, director de análisis de Link Securities. Hasta la fecha, los bancos presentes en el Ibex acumulan en 2008 unos retrocesos que oscilan entre el 20,9 por ciento de Santander y el 39,4 por ciento de Bankinter.
Radiografía de una operación histórica
Esta realidad resulta aún más cruda para aquellas entidades cuyo negocio ha estado vinculado en los últimos años a la actividad residencial, como es el caso de la CAM. De hecho, la caja admite en el folleto que su exposición al mercado inmobiliario le puede pasar factura por el frenazo que sufre dicho sector.
Si este escenario ya obligaría a la CAM a hacer un guiño mayor a sus cuotapartícipes -así se llaman los poseedores de cuotas- mediante una rebaja del precio de su salto al parquíé, la necesidad de hacerlo es todavía mayor si se considera que las cuotas no tienen adheridas derechos políticos, algo que sí ocurre con las acciones. Este hecho les sitúa en desventaja con respecto a sus comparables, por lo que tambiíén deberían ofrecer un descuento en su precio con respecto a ellos.