Por... MARTIN CRUTSINGER
WASHINGTON -- El díéficit comercial se elevó en enero a su mayor nivel en más de tres años, luego que las importaciones alcanzaron un máximo histórico, en un reflejo de la demanda robusta de automóviles, computadoras y alimentos producidos en el extranjero.
Las exportaciones a Europa cayeron, lo que agravó las preocupaciones de que la crisis de deuda soberana en esa región pueda apagar el crecimiento económico de Estados Unidos.
El Departamento de Comercio informó el viernes que el díéficit comercial en enero se amplió a 52.600 millones de dólares, el mayor desequilibrio desde octubre de 2008. Las importaciones ascendieron un 2,1%, al ríécord de 233.400 millones de dólares, mientras que las exportaciones se incrementaron apenas un 1,4%, a 180.800 millones.
Las exportaciones a Europa se desplomaron el 7,5%.
Los economistas creen que el díéficit crecerá este año frente a los 560.000 millones del año pasado, debido en parte a la crisis económica en Europa, que adquiere el 20% de las exportaciones estadounidenses. Un díéficit mayor puede mermar el crecimiento económico porque en general se reducen los puestos de trabajo orientados a la exportación.
Un pronóstico de la Asociación Nacional de Economía Empresarial (NABE por sus siglas en inglíés) indicó que el díéficit en el 2012 descenderá un 4,1% a 535.400 millones de dólares y a 525.000 millones en el 2013, cuando el ritmo de las exportaciones alcance al ritmo de las importaciones.
La economía creció a un ritmo anual del 3% en los últimos tres meses del 2011, año en el que la economía apenas creció un 1,7%, la mitad que en el 2010. El pronóstico de la NABE cree que el crecimiento aumentará en el 2012 al 2,3% y al 2,8% en el 2013.
En enero, el díéficit de la balanza comercial con China aumentó un 12,5% a 26.000 millones de dólares. El año pasado, el díéficit con China llegó a los 295.500 millones de dólares, el mayor díéficit de la historia con un solo país.
Al mismo tiempo y ante el elevado y persistente desempleo en Estados Unidos, las presiones políticas van en aumento para que sean impuestas sanciones económicas a China por sus presuntas prácticas comerciales injustas, como la manipulación de su divisa que ha mantenido el yuan devaluado artificialmente ante el dólar. Ello abarata los bienes chinos en Estados Unidos y encarece las exportaciones estadounidenses a China.