Por... Mara Echeverría
Brasil ha dicho que la aplicación de cuotas son indispensables.
Brasil pidió a Míéxico revisar los parámetros de cuotas, las reglas de origen y el comercio de vehículos pesados.
Brasil puso a Míéxico contra las cuerdas para renegociar un acuerdo de libre comercio de autos que reduzca las exportaciones de vehículos desde su socio, con cuotas, y dio hasta el viernes para concluir la definición de los tíérminos del convenio, que pintó de cifras rojas la balanza comercial brasileña.
Así, el gigante sudamericano habría dado una suerte de ultimátum a su contraparte a la que amenazó en febrero con romper el acuerdo ACE-55 -suscrito en 2002- luego de que su díéficit comercial bilateral se disparara a 1,170 millones de dólares en 2011.
En una carta del 8 de marzo firmada por el canciller brasileño, Antonio Patriota, y el ministro de Desarrollo de Industria y Comercio Exterior, Fernando Damata Pimentel, Brasil pidió a Míéxico revisar los parámetros de cuotas, las reglas de origen y el comercio de vehículos pesados, en respuesta a una misiva de Míéxico el 7 de marzo para seguir los diálogos.
Respecto a la cuota, solicitó que su valor sea equivalente a la media del valor de exportación mexicana de vehículos ligeros de los últimos tres años, aproximadamente 1,400 millones de dólares (mdd) en un período de tres años.
Una fuente en Brasil dijo que inicialmente su país pedía que las cuotas se calcularan en base a un promedio de comercio en los últimos 5 años, que daba un tope de 1,170 millones de dólares.
Según cifras del Gobierno mexicano, las exportaciones de autos a Brasil fueron de unos 2,400 mdd en 2011 y de 147,000 unidades.
Míéxico en su carta expresó que quería seguir las negociaciones en los puntos clave como cuotas, reglas de origen y vehículos pesados y reiteró su invitación a seguir el diálogo en su territorio a la brevedad posible.
Y aunque funcionarios de alto rango de las naciones han dicho que están tratando de destrabar los puntos álgidos, fuentes diplomáticas han dicho que la presión por resolver el tema para proteger a la industria automotriz brasileña proviene de la propia presidente Dilma Rousseff.
El comercio de autos y autopartes, que fue de más de 2,500 millones de dólares en el 2011, representa casi el 50% del comercio entre las dos mayores economías de Latinoamíérica.
¿Segurán las negociaciones?
Brasil, inundado de importaciones baratas por la apreciación de su moneda, tambiíén pidió unificar la fórmula de cálculo del índice de contenido regional con la "utilización de la fórmula aplicada a Míéxico, con niveles crecientes de 35% en el primer año y escalonamiento en cuatro años hasta llegar a 45%".
Los brasileños tambiíén solicitaron la liberalización del comercio de vehículos pesados con aplicación de la cuota y reglas de origen propuestas en la misma carta del 8 de marzo.
"Ya presentamos a lo largo de este proceso la flexibilidad posible del lado brasileño. Esperamos que haya, de parte del Gobierno mexicano, comprensión de que se hace necesaria una decisión inmediata de restricción temporal de exportaciones", dice la misiva.
"Recordamos nuestro entendimiento común de concluir la definición de los tíérminos de revisión antes del próximo 9 de marzo", agrega.
Pero otra fuente en Brasil no descartó que las negociaciones continúen la próxima semana.
Míéxico había ofrecido en la carta del 7 de marzo "considerar el establecimiento de un límite a nuestras exportaciones bajo el ACE55, a partir del nivel registrado en 2011 más un porcentaje que negociaríamos en nuestra próxima reunión".