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Autor Tema: `Los bancos españoles han caí­do poco respecto a otros y aíºn deben bajar´  (Leído 166 veces)

Eguzki

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Hay una dualidad entre el mundo económico y el financiero, según Borja Durán, consejero delegado de la sociedad de asesoramiento financiero independiente, Wealth Solutions. En su opinión, es un buen momento para invertir en Bolsa a largo plazo siempre que se pueda asumir la volatilidad a corto. El mercado español entrarí­a en otro apartado, debido al elevado número de bancos y compañí­as reguladas y considera que los bancos españoles pueden caer mucho más ya que apenas han caí­do casi nada, respecto a los de otros paí­ses.

Borja Durán es consejero delegado de la firma de asesoramiento financiero independiente Wealth Solutions, EAFI. Anteriormente trabajó en Family Office Solutions. Fue director general de Guggenheim Investment Advisors (Multi-Family Office americano) en Madrid y consejero-director general de Inversiones en Invercaixa, área de Gestión de Activos y Patrimonios de La Caixa. Asimismo, ha sido Gestor Senior de Carteras en Banco Santander, Director de Equity Research para Deutsche Bank Securities en Madrid y Londres y Analista Financiero en Bestinver S.V.B. Se graduó Cum Laude en Ciencias Empresariales en Tampa (EE.UU).

—¿Por quíé la economí­a real y los mercados reflejan escenarios diferentes?

—Hay una dualidad. Está habiendo un desdoblamiento del mundo económico y el mundo financiero. El mundo económico manda señales muy malas y el mundo financiero está leyendo otras que son más positivas. En el muy largo plazo, estas dos convergen, pero en periodos cortos no tienen nada que ver entre ambas. Y eso hace difí­cil entender por quíé es posible lo que está ocurriendo. Los mercados adelantan dos a cinco años lo que pasa en la economí­a y es lo que estamos viendo. La economí­a está reflejando la crisis financiera y el lí­o que habí­a montado hace cinco años, mientras la Bolsa mundial ha subido por encima del 20% en los últimos 5 meses. Está empezando ya a descontar las perspectivas futuras.

—¿Quíé están descontando los mercados?

—Llevamos 11 ó 12 años de correcciones bruscas, principalmente en las Bolsas y un rally importante en los bonos. El mercado empieza a darse cuenta de que, a lo mejor, las malas noticias están reflejadas en los precios. Y eso, quizás, es una oportunidad. A futuro, lo será seguro. Lo que ya no me atrevo a decir es si lo será dentro de tres meses o tres años, pero a largo plazo está claro que lo es. Si miramos con perspectiva el PIB mundial, vemos que familias, gobiernos y empresas crecen conjuntamente entre el 43% y 54% más la inflación. De estos tres grupos, las empresas son las que más crecen, entre el 5% y el 7% más inflación al año. Cuando uno invierte en la Bolsa está invirtiendo en el segmento de la economí­a que más crece. Los mercados van a seguir dando oportunidades. Y creo que despuíés de 12 años de muy malas noticias y resultados, de muchos ajustes, por lo menos no son disparatadamente caros. Empiezan a ofrecer valor. Suelen ir un poco a contra corriente, pero creo que la situación es mucho mejor que lo que se ve. Tambiíén es verdad que llevo muchos años pensando que era mucho peor de lo que se veí­a.

-¿Entonces, hemos tocado ya fondo?

Creo que todaví­a no hemos tocado fondo, a nivel global. Acaba de empezar, pero vienen bien estos parones para volver a encauzar las cosas con un poco más de perspectiva. En situaciones como la actual, permiten que seamos capaces de ver lo bueno y dejemos de ver lo malo. Y esto genera oportunidades. Es un proceso de destrucción creativa. De hecho, las grandes fortunas se hacen en momentos como los actuales. Pero no todo el mundo puede asumir esos riesgos. El que tiene capacidad y disponibilidad de tesorerí­a aprovechará y dará un salto cualitativo y el que está un poco apretado, lo va a pasar mal.

—¿Quíé activos recomendarí­a en función de la dualidad que existe?

—Si estamos hablando de ahorro a largo plazo para los próximos 15 ó 20 años, una de las prioridades es protegerse de la inflación. Ahora está en torno al 2,5% pero lo normal es que estíé alrededor del 5%. Si pensamos que el mundo va a seguir creciendo, - yo lo creo-, hay que estar invertido, a nivel global, en aquellos segmentos de la economí­a que generan riqueza. Para una cartera a largo plazo, los activos que protegen de la inflación son los inmuebles y las empresas porque son capaces de trasladar la inflación a las rentas y a las ventas de las compañí­as. Por contra, la renta fija no protege porque los flujos que generan son en tíérminos nominales, no ajustados por la subida de la inflación. Si paga 100 euros de cupón a 20 años, este cada año vale menos.

—¿La Bolsa es atractiva?

—Sí­, siempre; pero teniendo en cuenta los objetivos y el patrimonio particular del inversor. Es un buen momento si se puede asumir la volatilidad en el corto plazo del precio de las compañí­as.

—¿Está barata?

—Está en una zona de precios atractiva. En tíérminos de valoraciones históricas está por debajo de la media y las rentabilidades por dividendos son muy altas, por encima de las tires de los bonos. Algo muy raro esto último.

—¿Cuál es el escenario que se vislumbra en la Bolsa española?

—No soy muy optimista a corto plazo. En el í­ndice español hay un peso muy importante de bancos y de compañí­as reguladas. Y el sector regulado está expuesto a nuevas medidas del gobierno. Aquí­ le está tocando a todo el mundo. Los bancos no van a poder ir a la velocidad de crucero a la que iban antes. En el entorno actual, en plena reforma financiera, se van a exigir mayores ratios de capital, y sus balances no podrán estar tan apalancados como antes. En resumen: van a crecer menos. Tienen que dotar muchas más provisiones y va a haber menos actividad crediticia porque el coste de capital será mayor, por la mayor prima de riesgo, y el desapalancamiento global. Es cierto que los precios de los bancos han corregido, pero casi nada, comparado con lo que han caí­do en otros paí­ses. Y ese peligro de corrección adicional persiste. En España hay bancos que sus precios han dividido su valor por tres y hasta por 5 ó 6 veces, pero es que en Alemania y Reino Unido se han dividido por 10, 20 veces, y otros casos por más de 90 veces. Por otra parte, el Ibex tiene poca diversificación. Si España va a crecer poco en los próximos 5 ó 10 años, hay pocas compañí­as que estíén cotizando beneficiarse de un entorno de bajo crecimiento, aunque haya cada vez más un mayor porcentaje de internacionalización de sus actividades. Por otra parte, la Bolsa española lleva muchos años haciíéndolo mucho mejor que la europea y ahora tiene que ajustarse. No se pueden ganar siempre todas las guerras.

—¿Las perspectivas de las empresas de pequeña y mediana capitalización son mejores?

—El escenario actual es más propicio para las empresas pequeñas que para las grandes porque tienen más capacidad de reestructurarse y de aprovechar las oportunidades que se avecinan; pueden ser más flexibles y más innovadoras y reaccionar más rápidamente a un escenario de mayor movilidad laboral y talento más barato. Es más fácil cambiar la dirección de una barca pequeña que la de un petrolero.

—¿Cuándo veremos los efectos de tantos recortes y reformas que está sufriendo la economí­a? —Van a pasar 10 ó 15 años hasta que veamos calar las reformas en la economí­a y las sintamos. No una legislatura, sino dos o tres. Estos cambios los estamos haciendo con 10 años de retraso pero van por buen camino. Se podí­an hacer más rápidos pero si miramos como estaba Europa hace un año o dos, las cosas han cambiado bastante. Y la gente, poco a poco empieza a entenderlo. El problema era que pensaba que esto era un bache temporal. Y en un año o dos se volví­a otra vez al crecimiento. La situación es mucho más grave, estructuralmente, de lo que creemos.

—¿El mercado americano ofrece más oportunidades?

—Me parece mucho más profundo que el español. La Bolsa de EE.UU tiene más de 5.000 compañí­as frente a las 20 con cierto peso que tenemos, realmente en el mercado español. En segundo lugar, las compañí­as son más multinacionales y se reestructuran mucho más rápido que las europeas. Esa eficiencia, tiene un valor enorme. Allí­ cierran una compañí­a aíérea o bancos sin ningún problema. Además, están más expuestas a Canadá, Amíérica Latina y Asia que a Europa y a mejores formas de diversificación global de sus ventas. Y, el mercado americano es más eficiente en tíérminos de valoración, burocráticos, de energí­a, etc, lo que hace más competitivas a las empresas.

—¿Cree que los mercados emergentes seguirán generando oportunidades?

—La historia de los mercados emergentes es muy buena pero las valoraciones de los mercados emergentes no lo son tanto. Tienen muchas de las noticias positivas de los precios y ninguna de las posibles malas. Creo que están por encima de su media estadí­stica de valoración y que descuentan el escenario casi de perfección. Si hay una complicación económica en Brasil o en China, van a empezar a reflejar algunos datos posibles negativos y pueden sufrir recortes importantes. Me parece que están expuestos a riesgos asimíétricos. Tienen más que perder que ganar.