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Autor Tema: Unicaja pide que Caja España cree un banco malo para aceptar la fusión  (Leído 200 veces)

Eguzki

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La caja andaluza asumirí­a los activos buenos y el Estado aceptarí­a el ladrillo
La operación depende del visto bueno de Bruselas
La solución a la fusión de Unicaja con Caja España-Duero no va a ser fácil ni limpia. Si no se ayuda a la entidad malagueña, rechazará la operación y la entidad castellanoleonesa deberá ser intervenida. Esta situación supondrí­a un trago amargo para el Gobierno, que deberá contar a Bruselas que la reestructuración financiera continúa con dificultades despuíés de tres años de proceso abierto. Tampoco los mercados lo entenderí­an bien, con el peligro de que subiera la prima de riesgo.

Pero si, por el contrario, Unicaja recibe ayudas públicas (o del sector) por Caja España sin participar en una subasta, tal y como está estipulado, podrí­a ser acusada de favoritismo por sus competidores. Tampoco se puede llevar a subasta a Caja España porque previamente deberí­a ser intervenida. Es decir, se tendrí­a que asumir un fracaso en el proceso.

¿Cómo solucionar este cí­rculo cuadrado? Braulio Medel, presidente de Unicaja, ha propuesto al Banco de España y al Ministerio de Economí­a que Caja España reciba una inyección de unos 1.000 millones antes de integrarse. Según otras fuentes del mercado, esta cifra podrí­a elevarse hasta 1.500 millones. Hasta ahora, las ayudas se han canalizado cuando ha habido fusiones, pero en este caso se concederí­an a una entidad que ya existe. Primer problema.

En cualquier caso, este dinero irí­a al banco malo de Caja España y servirí­a para sanear todos los activos inmobiliarios dañados. Esta entidad no participarí­a en la fusión y así­ se crearí­a el primer banco malo con soporte público o del sector. Como Caja España recibió ya 562 millones del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en 2010, la entidad acumularí­a unos 1.600 millones de ayudas.

¿Cómo devolverí­a este dinero? Aquí­ está una de las claves y de los escollos de la operación. Unicaja cederí­a al banco malo de Caja España el 30% de las acciones de la entidad buena, es decir, la fusionada, como pago de los activos saneados con los que se quedarí­a. Con los dividendos del banco bueno se deberí­a retribuir el capital recibido. La factura ascenderí­a a unos 150 millones de intereses anuales y, además, el capital principal recibido. “Los números no salen. Es muy difí­cil que su participación en Unicaja sea tan rentable y es un agravio comparativo”, señalan algunas fuentes del mercado. Otras no son tan pesimistas y aseguran que el plan es viable.

Con este proyecto, Unicaja se quedarí­a con unos 40.000 millones de activos de la entidad castellanoleonesa. Unidos a los 35.000 millones suyos, formarí­a un grupo de 75.000 millones. Medel conseguirí­a tener una entidad de tamaño considerable saneada y liberarí­a al sistema de un problema.

Ahora la pelota está en el tejado de Bruselas, que está analizando los números. Si la Unión Europea considera que no es posible que devuelva el dinero a un tipo de interíés entre el 8% y el 10%, no autorizará la operación. Tambiíén podrí­a permitirla, pero considerarla como “ayuda de Estado”, en cuyo caso apuntarí­a al díéficit del Estado todo lo que se inyectara en Caja España. Esto no serí­a aceptable para el Gobierno porque no puede admitir incrementos de díéficit. Por supuesto, la operación tambiíén está bajo la lupa del Banco de España y finalmente, del Ministerio de Economí­a, que tambiíén dará su opinión.

Además, hay otros dos inconvenientes. Hasta ahora, el dinero público transferido a las entidades no podí­a superar el 2% o el 2,5% de los activos ponderados por riesgo (APR). Si se inyectaran unos 1.000 millones al Banco de Caja España, se estarí­a colocando alrededor del 6% de los activos de riesgo. Es una cantidad que se negó a un grupo de cajas de ahorros en el pasado y que, si la hubieran recibido, hubieran continuado en solitario sin fusiones y no habrí­an terminado subsumidas en otros grupos.

Otro de los inconvenientes de este sistema es que, si se utiliza dinero del FROB, se acabarí­a con el argumento del Gobierno de que no se destinará “ni un euro en ayudas del Estado a la banca”.

¿Quíé pasarí­a si Caja España no puede devolver el dinero recibido? En ese caso, el FROB (o el Fondo de Garantí­a de Depósitos) convertirí­a en acciones las ayudas y se quedarí­a como accionista de Unicaja con el 30%. Ese serí­a el mal menor que acepta Medel. Puede que Unicaja tenga más opciones. El sector está pendiente de esta fusión desde hace ocho meses.