El premio Nobel de 2008, Paul Krugman, se está coviertiendo en un habitual a la hora de opinar sobre la crisis de deuda soberana europea. Y es que, la Unión Europa intenta resolver esta crisis proponiendo a sus miembros una consolidación fiscal basada en la reducción del gasto, el incremento de los impuestos y la austeridad en general. Una receta totalmente opuesta a la que propone el profesor de economía Paul Krugman.
Krugman cree que Irlanda ha hecho todo lo que le han pedido las autoridades europeas, y su situación es nefasta. La tasa de paro en la isla alcanza casi el 15% y su PIB real, descontando el efecto de la inflación, ha caído más de un 10%. El columnista del New York Times opina que "Portugal y España pasan por dificultades similares".
Como aparece en el suplemento Negocios, Krugman no comparte la austeridad como modelo para abandonar la recesión y comenzar a crecer, sino que dice que "hay cada vez más pruebas de que es contraproducente, ya que la combinación de una disminución de los ingresos debida a una economía deprimida y unas peores perspectivasa largo plazo reduce la confianza del mercado".
Ante este panorama, Krugman plantea las posibilidades o alternativas que pueden contemplar Grecia e Irlanda para abandonar esta espiral de austeridad-depresión. El premio Nobel declara: "Grecia e Irlanda no tienían ni tienen buenas alternativas aparte de la de abandonar el euro, una medida extrema".
Para finalizar, Krugman lanza un mensaje a los diregentes alemanes y del BCE, según el prestigioso economista son los que tienen la llave para evitar esta "extrema medida", "Alemania y el Banco Central Europeo podrían tomar medidas para hacer que esta solución extrema sea menos necesaria, pidiendo menos austeridad y tambiíén haciendo más para impulsar el economía europea en su conjunto".