Repsol resucitó ayer en bolsa con una subida del 4,28% hasta los 20,10 euros por acción. El resultado es que la cotización ya está por encima del arranque del mes de marzo, cuando el miedo a la privatización de YPF provocó una fuerte caída que tocó fondo el pasado 16 de marzo cuando el valor tocó un mínimo de 18,84 euros.
Las fuertes ventas en la compañía este mes de zozobra para Repsol tienen un nombre propio: el del bróker de Banco Santander, que se ha deshecho de 18 millones de acciones –compras menos ventas- por valor de unos 350 millones de euros. Se trata de nada menos que el 1,5% del capital del grupo que preside Antonio Brufau, que este año acumula una píérdida del 14% en bolsa. El siguiente vendedor en marzo es Deutsche Bank, a años luz de Santander con un valor efectivo de 63 millones.
El brazo bursátil del banco cántabro completa con estas ventas unos últimos meses de idas y venidas en las relaciones con Repsol, con algunas decisiones cuanto menos controvertidas por ambas partes. En enero, los analistas de Santander rebajaron la recomendación de la petrolera desde comprar a mantener y recortaron el precio objetivo desde los 25,7 euros –en línea con el actual precio de consenso de las firmas de bolsa- hasta los 22,35 euros por acción. Sólo cinco meses antes habían recomendado compras agresivas en el valor, al que asignaban un potencial alcista del 30%.
Este viraje de 180 grados basado en las estimaciones de ebitda se produjo despuíés de que en diciembre Repsol comprara a los acreedores de Sacyr Vallehermoso el 10% del capital de la petrolera y de que apenas tres semanas despuíés la petrolera colocara la mitad de ese paquete entre inversores institucionales a 22,35 euros. Exactamente el mismo precio al que Santander fijó su precio objetivo.
En la última operación no participó Santander. BBVA, Deutsche Bank, Goldmans Sachs, JP Morgan y UBS fueron los colocadores elegidos por Repsol en una operación valorada en 1.360 millones de euros que dejó unas jugosas comisiones. No es el último desencuentro entre ambas partes. El banco cántabro tambiíén se quedó fuera en septiembre del año pasado del reparto de los 5.200 millones de euros que Repsol recibió de Sinopec por la venta de su filial brasileña y que colocó entre varios bancos para rentabilizar esta liquidez hasta el momento de buscarle destino.
Entonces, la batalla entre Repsol y Sacyr Vallehermoso estaba en todo los alto. Curiosamente, Banco Santander, que lideró junto a Citi, Bankia y Credit Agricole las negociaciones con Sacyr para sacar adelante un proceso de refinanciación de los casi 5.000 millones de deuda de la constructora, fue determinante despuíés en el proceso que desembocó en la venta del 10% del capital de Repsol a la propia petrolera con una postura muy firme respecto a las obligaciones de pago de Sacyr.
Cambio de escenario
La jornada de ayer marcó lo que puede suponer un punto de inflexión para Repsol. El Gobierno argentino anunció que no quiere nacionalizar YPF y aspira a que la filial de Repsol eleve su producción de hidrocarburos, ha asegurado el jefe del gabinete del Ejecutivo, Juan Manuel Abal Medina. Estas declaraciones se producen pocas horas antes de la reunión de este miíércoles del consejo de administración de YPF, en la que podría abordarse el reparto de dividendos para el presente ejercicio.
Los rumores acerca de la nacionalización de YPF, en la que Repsol controla un 57% del capital, provocaron fuertes caídas en bolsa de la filial, de hasta el 15%, en los prolegómenos del discurso de Cristina Fernández de Kirchner de inauguración de legislatura
