El Zorro, el Búho y los Ciclos Bursátiles.
El Otoño avanzaba, y el Bosque se iba enfriando, las últimas bandadas de aves migratorias habían volado hacia el Sur, y los habitantes disminuían rápidamente. El Zorro sabía que tenía que llenar la despensa para el invierno. Pero era otro tema el que lo inquietaba: la Bolsa. ¿Bajará?, ¿subirá?, se preguntaba. Y aunque era muy diestro en los mercados, era consciente de ser un títere en manos de los grandes depredadores bursátiles.
- ¿Quíé harán los grandes quinquis esta vez?. Se preguntaba.
En realidad, lo que le tenía muy mosqueado era que la Bolsa no hubiese efectuado la típica Onda 2 de bajada, durante unos cuantos meses. Y como los inversores, incluido el Zorro, necesitan cambiar impresiones con los demás, se fue camino del gran árbol en el centro del Bosque, a ver al viejo Búho.
El Zorro llego al anochecer, y cogió al Búho a punto de emprender su cacería nocturna:
- ¡ Vaya!, dijo el Zorro, te cogí de milagro.
- Así es, ¿a quíé se debe tal honor?.
- Nada, pasaba por aquí cerca, y me dije voy a visitar al viejo Búho, mentía malamente el cánido.
- ¡Muy amable!, amigo Zorro, muy amable.
El astuto animal no sabía como comenzar la conversación, y le lanzaba indirectas al ave:
- He oído que el Lince ha liquidado toda su cartera bursátil, decía.
El Búho, que era viejo y sabio, conocía bien al Zorro, y sabía que algo quería, pero le seguía la corriente:
- ¡Ah!, no sabía nada, pero bien está si lo hizo así.
El Zorro aprovechó para meter baza:
- ¿Es quíé crees que es lo mejor?.
- ¿El quíé Zorro?.
- Pues eso..., la venta de todas las acciones.
- Yo no he dicho eso Zorro. ¿Como que no?, si acabas de decir: “Bien está si lo hizo asíâ€.
- No me interpretes mal querido amigo. Cada cual debe hacer lo que mejor le parezca, aunque a veces, algunos están buscando una opinión que les justifique sus movimientos bursátiles.
- Claro, Búho claro.
El cánido se sintió reflejado en el último comentario de la sabia ave. El Zorro volvió a preguntar:
- ¿No crees que este ciclo es distinto?.
- Todos son muy distintos, Zorro, y bastante iguales, depende de lo que mires?. Si miras la especulación, en este Ciclo hace meses que campa a sus anchas por los mercados. Si compruebas la contratación, ves que sube. Si lo que decides observar es a los ludópatas, ve a los foros y sólo verás hablar de chicharros. ¿Realmente que es lo que te preocupa?.
- Las Ondas, en concreto la ausencia, hasta el día de hoy, de una Onda 2.
- Pero Zorro, si hasta Elliott decía, que a veces una Onda no se podía contar hasta que pasaba. ¿Para que te preocupas por esas cosas?.
- Es cierto Búho, pero la Bolsa no sube siempre.
- ¡Ya lo síé, pero aún le queda, no te inquietes tanto.
- ¿Y cuanto crees que le queda?.
- ¡Ay amigo mío!, eso te lo digo el año que viene por estas fechas.
- ¿Es que crees que hasta entonces no hay peligro?.
- El peligro en Bolsa siempre está presente, pero es innecesario inquietarnos antes del verano del 2007. Que la Bolsa baja un poco ahora, pues que baje, ya subirá Zorro!, ya subirá.
El cánido se iba calmando al oír palabras tan tranquilizadoras.
- No debes alertarte hasta que el valor que lleva artículo suba como un cohete, los grandes quinquis lo suelen dejar para el final.
- ¿Y cual es ese valor?.
- Un viejo inversor como tú, de sobra lo sabe Zorro...
El Búho añadió:
- Recuerda las sabias palabras de Peter Lynchâ€: “A los que en cualquier jornada de pánico les da por vender todo, mejor será que se dediquen a otro tipo de inversionesâ€.
- Si amigo, no está mal la recomendación.
Al Zorro, le vino a la memoria la frase del Toro de Wall Street, y se la dijo al Búho, para demostrarle que el tambiíén entendía de Bolsa:
- “Si haces caso de los demás, estás perdidoâ€.
A la sabia ave, le gustó el apunte del Toro de Wall Street, y le dijo:
- ¿No eras tú el que vino presumiendo de Nueva York, diciendo que, el Toro me dijo esto, el Oso aquello, Leslie lo otro, y Pat la adivina, lo de más allá?.
- Si, lo era, y lo soy.
- ¿Entonces Zorro?.
- Está bien Búho, está bien, me voy más tranquilo. Es que esto de los Ciclos me trae loco. ¡El día que les coja la Onda.....!.
El Zorro notó el hambre, y más animado, decidió tomar por asalto el gallinero más cercano. ¡Este Zorro...!
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