Los consejos de administración extraordinarios de La Caixa y Banca Cívica tienen previsto aprobar hoy su fusión. Con esta operación, CaixaBank se convierte en líder en el mercado español. Pese a ello, está abierta a realizar nuevas fusiones, aunque sí descarta una integración con Bankia. La Caixa cerrará 1.000 oficinas y recortará en unos 3.500 empleados la plantilla tras absorber a Banca Cívica.
Las negociaciones mantenidas el fin de semana en Madrid han dado su fruto. Los consejos extraordinarios de La Caixa y Banca Cívica aprobarán hoy su fusión. Esta operación dará origen a la entidad más grande del mercado nacional, con un volumen de activos de 343.000 millones de euros. Pero pese a esta dimensión, el grupo que preside Isidro Fainíé no descarta nuevas operaciones en España. En su hoja de ruta, de hecho, se encuentra una posible compra de Novagalicia, si la entidad gallega no logra convencer al Gobierno para dar entrada a inversores privados.
La Caixa sí descarta, tras absorber Banca Cívica, una fusión con Bankia, operación que el ministro de Economía, Luis de Guindos, veía con buenos ojos, según apuntan fuentes financieras y del Ejecutivo. El rechazo de Rodrigo Rato, presidente de Bankia, a esta unión, enfrió hace casi dos meses esta posibilidad. Y ahora, tras la integración de Banca Cívica, la entidad catalana ha enterrado por completo esta posible fusión, afirman varias fuentes financieras consultadas.
Una de las asignaturas pendientes de La Caixa, según explican todos los expertos consultados, es su extensa red de oficinas y su elevada plantilla. Tiene 5.182 oficinas en España -5.196 sumando las exteriores- y 24.915 empleados -26.993 en todo el grupo CaixaBank-. Tras absorber Banca Cívica, la entidad resultante tendría 6.590 oficinas y 34.800 empleados.
Los primeros cálculos realizados por los dos grupos, explican fuentes conocedoras de las negociaciones, arrojan un excedente de plantilla en la nueva entidad de 3.000 a 3.500 trabajadores, alrededor del 10% del total. La fórmula que se empleará para realizar este ajuste será a travíés de prejubilaciones y un expediente de regulación de empleo (ERE), explican fuentes sindicales. Se espera que las medidas no sean traumáticas para la plantilla, apuntan las mismas fuentes. En cuanto al número de oficinas, el cierre será de unas 1.000 sucursales, alrededor del 15% del total.
Estas cifras son muy inferiores a las que inicialmente esperaban los expertos y de lo que varias consultoras habían calculado. Estas últimas firmas, de hecho, aseguraban que La Caixa debería clausurar unas 2.000 oficinas. El grupo catalán, no obstante, considera que la oficina es primordial para desarrollar el negocio bancario. "Cree en el modelo de la sucursal", asegura un experto, que además recuerda que la firma encabezada por Fainíé es una de las más innovadoras en la incorporación y aplicación de canales alternativos para hacer banca.
Pese a que La Caixa podría pedir ayudas públicas para realizar el ajuste, ha optado por llevarlo a cabo a pulmón, sin solicitar fondos al FROB. Además, al absorber al grupo encabezado por Cajasol y Caja Navarra asume sus obligaciones y compromisos de deuda, incluidos los 977 millones de euros que recibió Banca Cívica del FROB a travíés de participaciones preferentes, y por los que paga al Estado un interíés del 8%. De esta forma, La Caixa eliminará la deuda de Cívica con el FROB. Es muy posible tambiíén que las preferentes que tienen suscritas los clientes de esta firma se canjeen por acciones de CaixaBank, aseguran fuentes financieras.
El grupo catalán tambiíén descarta ampliar a dos años el calendario para realizar las dotaciones para sanear sus activos inmobiliarios, posibilidad que recoge la reforma financiera al producirse una fusión.
Para absorber a Banca Cívica -integrada por Cajasol, Caja Navarra, Caja Canarias y Caja Burgos-, el grupo que preside Isidro Fainíé ha diseñado un modelo cuyo principal objetivo es conservar las marcas de las cajas en sus territorios de origen para que desarrollen su obra social. Así, CaixaBank operaría teóricamente como un holding del que colgaría Cajasol, Caja Navarra, Caja Burgos y Caja Canarias. Estas entidades, que tambiíén celebrarán hoy consejos para aprobar la unión con La Caixa, recibirán un dividendo de la firma catalana cuyo destino sería la obra social. En este esquema parece que Banca Cívica sí desaparecerá como marca, según las negociaciones que se han llevado a cabo este fin de semana.
Fainíé es un claro defensor de las cajas de ahorros sobre todo por su principal función: evitar la exclusión financiera de una parte de la población y la obra social. Por ello, ha querido que esta operación no sea solo una mera absorción, sino que se refuerce y se impulse la obra social de las cuatro cajas que integran Banca Cívica. Esta fórmula sería la que se volvería a aplicar en el caso de que La Caixa realizase nuevas fusiones en este proceso de reestructuración del sector financiero.
El principio de acuerdo alcanzado el viernes por la tarde entre ambos grupos incluye que los copresidentes de Banca Cívica, Antonio Pulido -que a su vez es presidente de Cajasol- y Enrique Goñi -tambiíén consejero delegado de Caja Navarra-, se incorporen a CaixaBank, aunque hasta ahora se desconoce quíé funciones desempeñarán. Todo parece indicar que sus cargos serán más representativos que ejecutivos.
La incorporación de Banca Cívica en La Caixa supone un gran salto cuantitativo para el grupo. Varios expertos aseguran que el negocio y número de clientes que Cívica aportará a la firma catalana representan cuatro años de crecimiento del grupo que preside Fainíé. "Con esta operación La Caixa logrará incorporar este volumen de negocio en un solo ejercicio y únicamente tardará dos en digerir Banca Cívica", señala un experto conocedor de las negociaciones que mantienen ambas firmas.
Banca Cívica estaba condenada a fusionarse antes del 31 de marzo, ya que no podía hacer frente a sus saneamientos inmobiliarios en un año (según los expertos necesitaría casi una díécada dado el ritmo de obtención de beneficios). Sus dotaciones para sanear sus activos inmobiliarios se elevan a 2.031 millones (1.248 millones de euros en provisiones y 783 millones en capital). La entidad había cerrado un protocolo de fusión con Ibercaja hace cerca de un mes. Pero la absorción de Caja 3 por parte de la entidad aragonesa enfrió el proyecto, ya que Cívica desconocía los pasos de Ibercaja. Por esta razón optó por La Caixa. Tambiíén mantuvo negociaciones con BMN.
El precio será inferior a los 2,2 euros por acción de Cívica
Para Banca Cívica las negociaciones de este fin de semana en Madrid parece que han sido ligeramente más positivas de lo que se presentaban inicialmente. Pero solo ligeramente. La Caixa ha valorado la acción de Banca Cívica en algo menos de 2,2 euros por título, precio alcanzado el viernes tras caer un 6,33% sobre el día anterior y un 17,8% desde que la entidad navarro-sevillana saliese a Bolsa en julio de 2011. Dos días antes el precio ofrecido por la entidad catalana era muy inferior. A 2,2 euros se estaría valorando Banca Cívica en 1.100 millones, un 22% de su valor contable. La Caixa es cerca de 10 veces mayor que Banca Cívica. La acción de CaixaBank cerró el viernes a 3,14 euros, con un descenso del 0,91% sobre el jueves.