Si les parecen alarmantes las cifras de morosidad publicadas hasta ahora (en abril alcanzó máximos de ocho años), prepárense, porque estamos muy lejos de lo peor: las entidades esperan que la morosidad fuerte de verdad llegue en septiembre con la vuelta de las vacaciones. Y temen que sea tan fuerte que ya han empezado a tomar medidas para prepararse: la venta de críéditos morosos para sacarlos de balance y la fijación de objetivos de recobro a cada oficina de la red.
“Hasta ahora, hemos visto morosidad en los inmigrantes y en los promotores inmobiliarios. En septiembre empezará la de los españoles y las pymes, que puede ser una avalanchaâ€, explican fuentes solventes del sector.
Según estas fuentes, el 2% es el ‘nivel maldito’ que no quiere rebasar ninguna entidad, cifra que coincide con la previsión de la CECA y de La Caixa para el conjunto del sistema en 2008. A partir de ahí vienen los verdaderos problemas, ya que las entidades tienen que cargar el 50% del críédito impagado a píérdidas cuando lleva tres meses, según las nuevas normas contables de Basilea II (antes eran 12 meses).
Píérdida esperada y costes de recobro
La primera de estas soluciones, la venta de la cartera de críéditos morosos, ya ha sido puesta en práctica por algunas entidades con descuentos que pueden alcanzar el 40% respecto al valor del príéstamo. “La píérdida la van a sufrir de todas formas porque tendrían que provisionar esos críéditos, pero así los sacan de balance y no les cuentan para la tasa de morosidadâ€, explica un experto en el sector.
Pero la segunda medida es todavía más llamativa: “Hasta ahora, los objetivos se cifraban en tíérminos de ventas, sobre todo de críéditos; ahora se cuantifican en tíérminos de críéditos recobradosâ€, según confirman en una importante entidad española. Esta fuente reconoce que se están preparando fuerzas especiales de recobro en bancos y cajas.
“Lo importante no es la morosidad en sí, sino la píérdida esperada. La morosidad va a subir por fuerza con el estancamiento del críédito (no sube el denominador, que es el críédito, y suben los impagos, el numerador), así que lo que importa es el coste del recobroâ€, explica otro experto en banca.
La banca conoce a sus clientes
Pero no todo está tan negro: “La gran ventaja que tiene la banca española frente a la anglosajona es que conoce al cliente. Tiene capacidad de diálogo con íél, puede negociar y reinstrumentar la deuda para poder recuperarla en esos tres mesesâ€, asegura otro asesor especializado en el sector financiero.
Esas negociaciones ya se están llevando a cabo con la mayoría de las promotoras inmobiliarias, como es de sobra conocido, y con resultados positivos en casi todas (la gran excepción es Colonial): a las entidades les interesa más aplazar la deuda y renunciar en el tiempo a los ingresos que tener que provisionarla entera.
Pero en septiembre tendrán que hacerse de forma masiva con las pymes y el cliente minorista español, y para eso se están adoptando estos planes durante el verano. Habrá que ver si dan resultado