El estreno de Iberia Express ha añadido demasiada tensión a la negociación entre los pilotos del Sepla e Iberia. La mediación del exministro Manuel Pimentel fracasa y aboca a una nueva huelga para la Semana Santa.
Ni un minuto de margen han dejado. La nueva aerolínea low cost de Iberia, Iberia Express, comenzó ayer a operar y ya por la tarde se escuchaban de nuevo los tambores de huelga entre los pilotos del Sepla. El mero anuncio de su creación fue contestado por la plantilla con 12 días de huelga.
En la presentación del viernes de la aerolínea, ni el consejero delegado de Iberia, Rafael Sánchez-Lozano, ni posteriormente los responsables del Sepla quisieron hacer declaraciones sobre el efecto que podría tener la puesta en marcha de la low cost en el duro conflicto entre Iberia y sus pilotos, apuntando al silencio "mientras dure el proceso de mediación dirigido por Manuel Pimentel". El domingo por la tarde y esta mañana, ya distintos pilotos apuntan a un fracaso en esta negociación y a que esta misma tarde volverá a reunirse el Sepla para convocar una nueva huelga, que podría afectar directamente a los desplazamientos de la cercana Semana Santa.
Mientras lidian con el conflicto laboral, los responsables de Iberia mantienen que esta nueva línea de bajo coste es parte fundamental para el desarrollo futuro de la compañía. De hecho, esperan que sea rentable desde el primer año de operación. Según Sánchez-Lozano, la previsión es que genere "100 millones de ahorro" respecto de los actuales costes de Iberia en 2015, año en el que se estima que disponga ya de un total de 40 aviones.
