Los datos económicos en EE UU sentaron mal a las Bolsas europeas. El Ibex se desfondó al conocerse los pedidos duraderos al otro lado del Atlántico. Se hundió un 1,96%, despidiíéndose de los 8.000 puntos, un soporte que no perdía desde noviembre del año pasado.
España sigue en el punto de mira. Tras un comienzo indeciso, una corriente de miedos tomó el control de las Bolsas. La banca volvió a ser la gran culpable del desplome, que se extendió por todos los parquíés europeos.
Eso sí, el Ibex se llevó la peor parte: se hundió un 1,96% y dijo adiós a los 8.000 puntos, un nivel que no perdía desde el mes de noviembre del año pasado. Cerró en los 7.980,8 puntos. Los analistas tíécnicos consultados señalan ahora hacia el nivel de los 7.500 como siguiente referencia. En el año, el selectivo español retrocede un 6,83%; es, con diferencia, el peor del Viejo Continente.
En el resto de Europa, tambiíén los números rojos ganaron la partida, aunque fueron de menor intensidad. El Cac francíés se dejó un 1,14%; el Dax alemán, un 1,13%; el FTSE británico, un 1,03%; y el Euro Stoxx 50, un 1,13%.
Todo se fue al traste despuíés de conocerse los datos macroeconómicos en EE UU. Las peticiones de bienes duraderos subieron un 2,2% en febrero, cuando los analistas consultados por Bloomberg esperaban un alza del 3%. "El dato es peor de lo esperado, aunque positivo, ya que la mayor parte del aumento no se ha debido a la partida más volátil del indicador (transporte y defensa) sino que se han visto impulsadas por maquinaria y metales", matiza el equipo de análisis de Banco Sabadell en un informe.
En España, los bancos volvieron a ser los culpables principales de la fuerte caída del Ibex, con Bankia, Bankinter y Popular con retrocesos superiores al 3%. Tambiíén las constructoras ACS, FCC y Sacyr sufrieron bruscos descensos. El peor valor, en cualquier caso, fue Gamesa, que cedió un 4,65%. Solo IAG consiguió resistirse a la tendencia generalizada y avanzó un 0,22%. Se negociaron 1.991,3 millones de euros en la Bolsa española, según Infobolsa, notablemente por debajo de los 2.777 millones de media diaria en marzo.
Malas vibraciones
La buena noticia fue que, pese a las caídas en la renta variable, el mercado de deuda se mostró bastante tranquilo, despuíés de que Italia colocara sin problemas 8.500 millones de euros en letras a seis meses. No surtieron efecto las malas vibraciones de Citi, que volvió a apuntar hacia España.
La prima de riesgo española cerró en los 350 puntos, con ligeras alzas respecto al cierre del martes en los 346 puntos. Mientras, el riesgo-país transalpino repuntó hasta los 327 puntos desde los 323. El bono español a 10 años cerró con un rendimiento en el mercado secundario del 5,33%.
"España sigue en el ojo del huracán como consecuencia de la presentación en breve de los Presupuestos Generales para 2012. El retraso en la presentación de los mismos ha provocado que el escepticismo y las dudas respecto al compromiso y a la capacidad del nuevo Gobierno de cumplir con los objetivos establecidos con la Comisión Europea y el resto de países de la zona euro hayan aumentado de forma sustancial", sentencian desde Link Securities. El viernes será cuando se presenten los Presupuestos.
En el mercado de divisas, el euro perdió posiciones ligeramente frente al dólar, hasta las 1,33 unidades del billete verde, frente a los 1,331 de última hora del martes.
Citi insiste en que España necesitará ayudas
El banco estadounidense Citigroup volvió a poner en tela de juicio la situación económica de España. Por segunda vez en poco más de una semana, el economista jefe de Citigroup, William Buiter, destacó en un informe que el riesgo de una reestructuración de la deuda española es ahora el más elevado desde el estallido de la crisis. Buiter añadió que es probable que se tenga que recurrir a la ayuda internacional este mismo año. "España podría entrar en alguna variante de un programa de la troika (FMI, BCE y UE) este año, como condición de mayores ayudas del Banco Central Europeo a la deuda española y/o la banca española", señaló el exconsejero del Banco de Inglaterra.
Buiter afirma que España podría evitar la reestructuración de su deuda, pero que esta opción implicaría más "medidas fiscales y estructurales radicales".El economista jefe de Citigroup destaca el excesivo endeudamiento que arrastran los gobiernos, los consumidores, las empresas y los bancos y advierte que este sobreendeudamiento de los bancos podría agravarse con la caída de los precios de la vivienda.
Por este motivo, será suficiente recurrir a recursos externos para "recapitalizar adecuadamente" el sistema bancario. El pasado día 21 de marzo, el economista jefe de Citigroup ya alertaba del riesgo de default de España. Estas declaraciones provocaron en esa jornada que la prima de riesgo española se disparara un 7,42%, hasta los 343 puntos. Sin embargo, la reacción fue más tibia. El diferencial entre el bono español a diez años y el alemán repuntó desde los 346 hasta los 349 puntos básicos. La rentabilidad del bono a diez años español, que se mueve en sentido inverso a los precios, cerró la sesión en el 5,33% frente al 5,35% anterior.