El dinero sigue alejado de la bolsa española. El parquíé despedirá hoy marzo con la menor contratación trimestral desde 2004. En los tres primeros meses de 2012, y según los datos provisionales, habrán circulado por los mercados españoles 175.625 millones de euros, un 29% menos que en el mismo periodo del año pasado y la cifra más reducida desde los 165.500 millones contratados entre octubre y diciembre de 2004.
Otra comparación revela la escasez que supone esa cantidad: no llega ni a la mitad de lo que se negociaba en cualquier trimestre de 2007, justo antes de que la crisis mostrara su peor cara.
La guinda a la reducida negociación la va a poner marzo. La contratación durante el tercer mes del año va a rondar los 60.000 millones de euros -a falta de los datos oficiales de las dos últimas sesiones se encuentra en los 54.800 millones-. Durante este mes, la media diaria se limita a 2.490 millones de euros, cifra que da lugar a que el promedio en lo va de 2012 se situíé en los 2.710 millones. En 2011, esa media alcanzó los 3.600 millones, y eso que tampoco fue un año especialmente intenso en cuanto a la negociación, puesto que en el conjunto del ejercicio no llegó al billón de euros, algo que sí ha pasado en cuatro de los seis últimos ejercicios.
Sin 'manos fuertes'
Para los expertos, las díébiles cifras de contratación son un reflejo del arraigo de la incertidumbre en torno a España. Las dudas sobre el cumplimiento del objetivo de díéficit público, establecido en el 5,3% para 2012; sobre la profundidad de la recesión, con unas previsiones oficiales que contemplan una contracción del 1,7% para el conjunto del año; y sobre el saneamiento y la solidez del sector financiero, pesan demasiado como para que los inversores dirijan su dinero a las acciones de las compañías españolas. Por el momento, esta incertidumbre se traduce en que el Ibex 35, el índice de referencia de las bolsas españolas, acumule una caída del 7,65%, con lo que arrastra el peor comportamiento entre los principales indicadores europeos.
"La confianza de los mercados hacia el país y sus finanzas es clave tanto para evitar que el coste de la deuda se dispare como para que la palabra vender deje de estar sobre los valores de renta variable española", argumenta Soledad Pellón, estratega de IG Markets. "Hasta que España no genere esa confianza, y esto sólo ocurrirá con un cumplimiento de los objetivos que se planteen y que den la credibilidad al gobierno actual que perdió el anterior gobierno, los institucionales y particulares seguirán sin apostar por la renta variable española", añade.
Para Marc Ribes, analista de Blackbird Wealth Management, el incierto contexto actual determina el comportamiento de los inversores y deja su huella en la contratación. "No cabe duda de que la crisis europea influye en la psicología de los inversores. Tanto a los institucionales internacionales como a los propios inversores nacionales. Los inversores internacionales ven otras oportunidades en otros países con economías más sólidas", sostiene.
Estos recelos se reflejan fundamentalmente en los inversores institucionales, es decir, las denominadas manos fuertes del mercado porque son las que cuentan con más dinero para invertir. Su ausencia, incluso cuando las cotizaciones españolas han intentado sumarse a las subidas imperantes en los parquíés internacionales, resulta clave para explicar la baja negociación. "En ningún momento se han producido incrementos de compras por parte de las manos fuertes en ningún rebote del mercado. Mucho cuidado con esto, porque mientras no entren operaciones grandes en nuestro mercado, no sería fiable ninguna recuperación del Ibex 35", avisa Miguel Paz, de Unicorp Patrimonio.
En cuanto a los inversores particulares, por ahora prefieren ver las cotizaciones desde la barrera. "Los inversores particulares no tienen un estado anímico propicio para invertir con riesgo. Si atendemos al volumen de dinero del inversor privado podemos decir que el gran flujo de liquidez busca el depósito o el activo con poco riesgo", afirma Ribes.
Mal extendido
Aunque la desconfianza que envuelve a España influye de forma directa en la negociación en los parquíés españoles, los expertos matizan que se trata de una dinámica compartida por varios mercados. "La debilidad de la contratación, estructural me temo, se extiende a la mayoría de los mercados", apunta Josíé Luis Martínez Campuzano, estrategia de Citi en España. Y continúa: "Esto tiene mucho que ver con la incertidumbre, pero mucho más con los ajustes de la deuda en el sector público y privado, especialmente en el sector financiero. Y tambiíén por la mayor regulación, incluido el debate pendiente sobre quíé restricciones habrá que aplicar al sector financiero a nivel mundial en el futuro".