Dando muchos rodeos,con cierto titubeo y sin usar la palabra amnistía fiscal, el Ministro Sr. Montoro ha dado a conocer una propuesta de regularización fiscal para aquellos que tengan su dinero fuera y lo traigan a España o en negro, pagando un gravamen del 10% para que afloren esos capitales.
A ver…, si no lo entiendo mal: yo tengo que pagar el 30, 40% o lo que haga falta a Hacienda, porque no defraudo. Pero el que defraude, con pagar un 10%…, le basta, ¿no es eso?. Porque, en el fondo, eso es lo que me está transmitiendo el gobierno, se diga lo que se quiera decir.
Ya hace un par de años los inspectores fiscales denunciaron que había 3.000 grandes fortunas que ocultaban más de 6.000 millones de euros en Suiza. Ya en su momento, junio de 2.010, el fisco propuso regularizar estos capitales pagando un 20% y sin apertura de sanciones ni procedimientos penales por delito. Ya entonces estaba bien la propuesta. Ahora está mejor, estamos en tiempos de rebajas…fiscales, para los de siempre.
Y es que uno de los secretos del “atraviese†de la crisis no está en cómo se hace esa travesía, ni quiíén o quienes lo hacen, sino en quiíénes estamos pagando esta crisis y estamos soportando las decisiones que no hemos tomado nosotros mismos. Nuestra espalda es ancha, muy ancha, pero ya ha llegado la situación a unos límites insoportables. Bajadas de salarios, recortes de prestaciones sociales, recortes en educación, recortes en sanidad, recortes en derechos laborales. Esto por el lado del signo menos. Pero tranquilo, que tambiíén hay signo más: Mas impuestos, más trabajar, más silencio, más producción…
Y ahora nos hemos enterado, de forma oficial a travíés del Consejo de Ministros que, efectivamente, la ley no está hecha de igual forma para todos. Que para pagar impuestos, estamos los de siempre. Y que tambiíén los otros de siempre serán los que vuelvan a escaparse con una sonrisa y diciendo adiós, enseñando el Rolex de oro…, pagado con dinero negro, por supuesto.
En serio…, que harto estoy de los que estuvieron y ya de los que están.
Que sean felices.
Vale
Oberon.