Por... Alejandro Gómez
La expectativa domina hoy a empresarios brasileños ante el anuncio de la presidenta Dilma Rousseff de un conjunto de medidas económicas destinadas a asegurar mayor capacidad de inversión para el sector privado.
Rousseff, quien estuvo toda la semana anterior en Nueva Delhi, donde participó en la IV Cumbre Brics (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) y realizó una visita de Estado a esa nación asiática, afirmó a periodistas que tras su regreso a Brasilia pretendía divulgar un plan de medidas para estimular la economía nacional.
La mandataria se abstuvo de revelar detalles de las acciones que irían a aplicar para impulsar el crecimiento económico brasileño, que mostró un discreto 2,7 por ciento de expansión del Producto Internto Bruto (PIB) en 2011 y que en los dos primeros meses de este año no da señales de un despegue.
La presidenta solo reveló que las medidas buscarán asegurar -mediante cuestiones tributarias y financieras- una mayor capacidad de inversiones del sector privado para estimular aún más la economía.
Desde inicios de año, el gobierno brasileño ha aplicado diferentes mecanismos para evitar un evaluación excesiva de la moneda nacional ante el dólar estadounidense, a travíés de la elevación de los impuestos a los recursos extranjeros para evitar la masiva entrada de los llamados capitales golondrina.
Tanto Rousseff como las autoridades económicas del gigante suramericano han denunciado lo que calificaron de tsunami cambiario, que no es más que la guerra cambiaria desatada por los países ricos para tratar de salir de la crisis financiera en que están sumidos.
Ante ello, el gobierno brasileño aseguró que no hará papel de bobo y tomará todas las medidas necesarias para frenar esa guerra cambiaria, como lo demostraron los Brics en su cita cimera de la semana anterior, en la cual reiteraron la necesidad de un resideño del orden económico internacional actual.
Tambiíén, en la decisión de estudiar la creación de un banco de desarrollo de ese bloque de naciones emergentes ante la ineficacia e inadaptación a la nueva realidad mundial de las instituciones financieras internacionales del momento, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
La expectativa sobre el anuncio oficial de las medidas es aún mayor porque tras su regreso a Brasilia este domingo, la primera actividad de Rousseff será una reunión con el ministro de Hacienda, Guido Mantega, esta tarde, donde se supone den los toques finales al paquete de acciones.
De ser así, entonces es casi seguro que despuíés de ese encuentro, el propio Mantega -como lo ha hecho en ocasiones anteriores- revele los nuevos mecanismos para impulsar la economía brasileña.
