El Banco de Japón (BOJ) mantuvo los tipos de interíés entre el 0% y el 0,1%, nivel en el que se encuentran desde diciembre de 2008, cuando los rebajó desde el 0,3% para afrontar la crisis económica.
La entidad realizó el anuncio tras concluir su reunión mensual de dos días, al tiempo que consideró, al igual que hizo en las evaluaciones realizadas los dos últimos meses, que la actividad económica en Japón sigue "más o menos plana".
Sin embargo estimó que, pese a que la economía global no ha superado "su fase de desaceleración", la condiciones en EE.UU. han continuado "mejorando moderadamente", mientras la economía europea "ha dejado de deteriorarse" y los mercados financieros se han mantenido "generalmente estables".
En cuanto a la economía japonesa, el informe destaca que la inversión en equipos industriales se ha incrementado moderadamente ayudada por la reconstrucción de instalaciones golpeadas por el terremoto y el tsunami de 2011.
Tambiíén explica que el consumo privado, que supone el 60 % del PIB nacional, ha mejorado gracias en parte a los programas estatales que apoyan la compra de vehículos menos contaminantes, al tiempo que el índice de precios al consumo se ha mantenido en torno al 0.
Por último, aunque "el alto grado de incertidumbre" con respecto a la economía mundial no se ha disipado, el BOJ espera que el país retorne a la senda de la "recuperación moderada" gracias a una mejora de la situación global y al incremento de la demanda interna motivada por la reconstrucción de las zonas devastadas en 2011.
Además, el BOJ aprobó hoy la normativa de un nuevo programa de príéstamos en dólares por valor de 1 billón de yenes (unos 9.335 millones de euros), que forma parte de su plan de flexibilización monetaria.
El programa, aprobado en marzo, está dirigido a instituciones financieras con gran potencial de crecimiento, y persigue "fortalecer los pilares de la economía nipona", incluso aunque sean canalizados para inversiones en el extranjero.
El comunicado especifica que estas inversiones realizadas fuera de Japón deberán contribuir a incrementar la producción, las inversiones y el empleo en Japón o "a lograr un suministro estable de materias primas" empleadas en el país asiático para obtener el visto bueno del BOJ.