Las dificultades y presiones a las que se ve sometida la economía española tuvieron ayer su fiel reflejo en la Bolsa. El Ibex fue el único índice que cerró en negativo y hoy los futuros apuntan a que el rojo será el color que domine en la apertura. El mercado de deuda por su parte permanece estable y la prima continúa en el nivel de los 400 puntos.
Los futuros del Footsie londinense marcan una apertura ligeramente negativa despuíés de las jornadas de tregua que los inversores han concedido a las principales plazas. Sin embargo, las dudas que se ciernen sobre España impiden al Ibex salir del bache en el que se encuentra sumido y ayer volvió a ser el farolillo rojo del Viejo Continente.
El impulso del miíércoles despuíés de conocerse la posibilidad de que el BCE reactive su programa de compra de bonos para aliviar la presión de las economías perifíéricas ha quedado flotando en el aire a la espera de una confirmación definitiva. Pero mientras llega la tan ansiada noticia las primas de riesgo continúa pagando la desconfianza. El riesgo país español, que hace una jornadas se aproximaba al abismo de los 450 puntos, ha ido relajándose y esta mañana amanece en el nivel de los 400, mientras que el italiano se sitúa en los 360.
El miíércoles y el jueves el mercado permaneció muy atento a las subastas efectuadas por el país transalpino en medio del nuevo brote de la crisis de deuda y como era de esperar el Tesoro se vio obligado a elevar la rentabilidad para todos los tramos. Mario Monti no quiso dejar pasar la ocasión para culpar a España de las malas colocaciones, críticas que se suman a las vertidas por Nicolás Sarkozy en plena campaña electoral. El presidente y candidato francíés ve a España como el principal riesgo al que se enfrenta la eurozona.