Por... Enrique Diaz
Carlos Ricco era el hombre más pudiente del pequeño pueblo de Pokos. Tenía algunas propiedades y ganado. Un buen día la suerte le cambió, pues la Sunat le inició cobranza por impuestos mal declarados por varios años y el Banco Impopular le ejecutó la garantía que Carlos había extendido a su hermano Ramón. Para sorpresa de muchos, Carlos quebró, pues no pudo vender oportunamente y a buen precio sus propiedades.
Esta historia familiar (aunque ficticia) refleja la importancia de saber cuidar la liquidez en nuestras finanzas. No basta ser solvente: hay que tambiíén combinar adecuadamente nuestros activos, incluso a nivel familiar o personal.
¿Quíé es la liquidez?. Esencialmente se trata de aquella parte de nuestros activos que se encuentra como efectivo o puede convertirse en dinero con facilidad, permitiendo justamente atender cualquiera de nuestras obligaciones inmediatas (de corto plazo).
Ciertas obligaciones de corto plazo son previsibles y nos permiten planificar. Por ejemplo, los padres de familia saben que previo al inicio del año escolar se requerirá atender los gastos de matrículas y demás, por lo que se podría presupuestar dichos gastos y definir como los pagaremos o financiaremos. El problema es que algunos gastos son imprevistos, y si no disponemos de liquidez, nos podremos ver en estríés financiero, como le ocurrió a Carlos.
¿Cuánta liquidez será suficiente? Eso dependerá de la realidad financiera de cada quiíén. Pero una regla comúnmente aceptada es que lo ideal es mantener liquidez por el equivalente de tres a seis meses de nuestros gastos regulares. La idea es tener a la mano suficientes recursos para cubrir nuestras obligaciones de corto plazo. Tal fondo para emergencias se puede ir construyendo en el tiempo, como una forma de ahorro por precaución.
Por otro lado, cabe preguntarse quíé instrumentos de inversión o financieros califican como líquidos. En nuestro mercado podemos considerar como tales los depósitos en cuenta corriente o los depósitos de ahorro que permiten retirar tu dinero sin restricciones. Tambiíén se puede incluir a los fondos mutuos que pueden ser redimidos en cualquier momento, entregando el efectivo el mismo día de su cancelación o redención. Habrá otros casos donde la entrega de dinero por una venta se desfasa algunos días, como ocurre con las acciones en bolsa (3 días de espera ó t + 3). En general calificará como liquido el instrumento que permita transformarse en efectivo sin perder valor en tal conversión (pues perdiendo valor podríamos convertir en efectivo hasta una casa).
En buena cuenta, no se podría alcanzar verdadera salud financiera si no se mantiene suficiente liquidez. Por el contrario, es muy probable que hayamos comprobado personalmente o por alguien cercano lo dañino que puede ser la carencia de liquidez.