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Autor Tema: POPULAR, IBERIA, IBERDROLA… ¿QUí‰ FUE DE LAS OPERACIONES QUE CALENTARON LA BOLSA?  (Leído 900 veces)

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POPULAR, IBERIA, IBERDROLA… ¿QUí‰ FUE DE LAS OPERACIONES QUE CALENTARON LA BOLSA?  
 
ALBERTO CAí‘ABATE
Invertia.com

 Desde la fusión entre Iberdrola y Unión Fenosa hasta el asalto de un misterioso grupo mexicano a Banco Popular, pasando por la integración de Bankinter y Banesto para defenderse de la injerencia de Credit Agricole o la retahí­la de matrimonios con Iberia. Más de 20 operaciones han retumbado en los oí­dos del inversor en los últimos meses para convertirse, al final, en poco más que aire. Una vez que el maremagnum de informaciones se ha frenado, las cotizaciones sufren el deterioro de sus fundamentales.
 


¿Quiíén se acuerda ya de Ibergás, el grupo energíético que iba a aunar los negocios de Iberdrola y Gas Natural? La realidad es que han transcurrido menos de dos meses desde que se frenó el flujo informativo y, al final, nada de nada (al menos de momento). Apenas el desplome de los valores en bolsa al perder todo su componente especulativo. Iberdrola ha perdido el 25% de su valor desde finales de marzo, mientras que la gasista controlada por La Caixa y Repsol YPF ha reculado un 14%.

La operación estaba hecha, según la mayorí­a de los medios de comunicación, pero la falta de acuerdo en cuestiones como el reparto de poder, el intercambio accionarial para plasmar la fusión y las desavenencias con el Gobierno respecto a la desinversión de activos paralizaron las negociaciones. Ahora bien, si hubo algún beneficiario de todo el proceso es Ignacio Sánchez Galán y los que le rodean: gracias a íél y a las reclamaciones judiciales, EDF reprimió su idea de participar de Iberdrola.

A finales de enero, la elíéctrica controlada por el Estado francíés transmitió a su homóloga la intención de influir en el devenir de su negocio. Mantuvo contactos con ACS, la constructora que preside Florentino Píérez y a la que se le supone jugará un papel fundamental en la reconfiguración del mapa elíéctrico patrio. Y tambiíén habló con el Gobierno de Josíé Luis Rodrí­guez Zapatero. La idea, integrar los mercados elíéctricos francíés y español dentro del marco más amplio de la Unión Europea (UE).

Varios medios incluso atribuyeron a EDF un 2,99% en derivados sobre acciones de Iberdrola, cuestión que nunca se aclaró. Pero que disparó la cotización de la vasca justo cuando tocó mí­nimos en 7,55 euros el 23 de enero. La pregunta es a quiíén le beneficiaban todas las filtraciones. Desde luego, a EDF le perjudicaron. Al contrario, el desplome de la acción dejaba indefensa a Iberdrola y con cuantiosas minusvalí­as a sus accionistas, algunos de ellos fuertemente endeudados para asumir las inversiones, por lo que la recuperación del valor fue recibido como agua de mayo.

Incluso, a pesar de lo inverosí­mil de la operación, a Iberdrola se le atribuyó interíés en hacerse con Solaria, el fabricante español cotizado de módulos fotovoltaicos y paneles solares. Supuestamente, según dijo la prensa aquellos dí­as, en un movimiento defensivo para protegerse de las garras de EDF.

La mayor dificultad de acceso a la financiación es uno de los principales handicaps para el desarrollo de operaciones corporativas. La crisis hipotecaria en EE UU echó el candado de los mercados mayoristas, por lo que colocar deuda se convirtió en ardua tarea para la banca, con el consiguiente frenazo a las operaciones. En España, de hecho, la única ofertas registradas en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) durante el año son la de los Sanahuja sobre Metrovacesa –aunque viene de 2007-, la sobrevenida de Altadis sobre Logista y la de Prisa sobre Sogecable.

Por diferentes motivos a los expuestos tampoco fraguó el plan de integrar Unión Fenosa e Iberdrola, ambas participadas por ACS en un 45,3 y el 12,4%, respectivamente. La constructora presidida por Florentino Píérez, invitada a formar parte del capital de la elíéctrica vasca para prevenir cualquier ataque hostil y exógeno y con afán de controlar un gran grupo energíético español, ha acabado enemistada en el ruedo público con el órgano gestor de Iberdrola. Ahora, Sánchez Galán ve a ACS como un rival en lugar de como un amigo. Por lo que se antoja imposible el casamiento.

La banca mediana, mucho ruido y pocas nueces

El último capí­tulo de la concentración de los bancos medianos españoles lo ha escrito Trinitario Casanova, un empresario afincado en Murcia empeñado en poner el cartel de Se vende a Banco Popular. Este inversor, que completó una participación del 3,5% en apenas nueve meses a base de apalancarse y con las acciones como prenda, iba a traspasar (supuestamente) su paquete accionarial a un grupo de inversores mexicanos a 14,2 euros, lo que equivale a una prima del 70% respecto a la actual cotización.

Este (supuesto) grupo de inversores del paí­s centroamericano, representados por un bufete de abogados de Gibraltar y con la sociedad instrumental Blueprime como elemento visible, supeditó la operación a la consecución de un mí­nimo del 20% de la entidad que preside íngel Ron y a la autorización preceptiva del Banco de España. Al final, nada de nada. Solo supuestos.

A Casanova le han ejecutado gran parte de sus tí­tulos tras perder la acción de Popular ciertos precios y no aportar garantí­as adicionales, mientras que el exótico bufete de abogados ha dejado de prestar sus servicios al enigmático grupo de empresarios mexicanos. Ahora, el sentido común pide a gritos que la CNMV se implique de lleno en el asunto y desenmascare una de las operaciones más rocambolescas de los últimos tiempos.

Rocambolesca fue tambiíén la entrada del galo Credit Agricole en Bankinter, sexta entidad financiera española por valor en bolsa. Ram Bhavnani ofreció en las últimas semanas de 2007 su paquete del 15% en la entidad que preside Pedro Guerrero a media banca europea, entre ellos Banco Sabadell, lo que agitó la cotización de Bankinter hasta situarla muy por encima de su valor fundamental. De hecho, el banco catalán es uno de los principales lí­os que se le han atribuido históricamente a la sexta entidad financiera española.

El mercado interpretó que los franceses, que pagaron 13,6 euros por una acción que ahora cuesta en mercado poco más de 7, lanzarí­an una OPA por el 100%, y que la familia Botí­n saldrí­a en defensa del banco para que siguiera siendo parte de su propiedad. Para ello, una de las operaciones que sonó en el mercado fue una fusión entre Bankinter y Banesto para diluir a Credit Agricole. Banesto está controlado por el Santander de Emilio Botí­n en un 90%. Su primo Jaime tiene el 16% de Bankinter. Tras los rumores, las acciones se han evaporado y dejado un reguero importante de pillados.

Iberia, con novios de todos los colores

Texas Pacific Group (TPG) abrió las hostilidades para controlar la aerolí­nea de bandera española a un precio de 3,6 euros. Y a la puja se sumaron inversores y compañí­as para todos los gustos: Lufthansa, British Airways, Gala Capital, un consorcio integrado por Apax, Inversiones Hemisferio (familia Lara) y Air France KLM y un grupo de empresarios con Josíé Marí­a Castellano al frente. El runrún fue continuo una buena cantidad de meses.

Pero la ofensiva de Caja Madrid dejó al resto compuestos y sin novia. La entidad que preside Miguel Blesa compró las participaciones de BBVA y Logista a un precio de 3,6 euros por acción y echó por tierra el resto de las ofertas, dicen que por una cuestión polí­tica dictada desde las oficinas situadas en la Puerta del Sol. Ahora Iberia vale 1,3 euros con el petróleo disparado, Caja Madrid computa unas minusvalí­as irrecuperables en el corto y medio plazo y la estrechez del mercado de críédito hace inviable cualquier ofensiva.

Tras fracasar tambiíén la adquisición de Spanair, la filial española de la escandinava SAS, a Iberia le queda el proyecto de fusión de su filial de bajo coste Clickair con Vueling, la compañí­a catalana controlada accionarialmente por la familia Lara. En este momento, según las partes, el proyecto está a falta de retocar algunos flecos. Aunque existe cierta incertidumbre. La CNMV podrí­a obligar a Iberia a lanzar una OPA por el 100% de la resultante, ya que controlará más del 30% del capital. La presidida por Fernando Conte no ha desvelado sus cartas en el caso de que así­ ocurra, si vender parte de sus acciones o desistir de la operación.

Dos debutantes, sin fuelle tras calmarse los rumores corporativos

Vocento repuntó con fuerza hasta máximos por encima de los 16 euros por acción el pasado mes de septiembre. La razón, una supuesta OPA dirigida por Jaime Castellanos, presidente del banco de negocios Lazard en España y ex presidente de Recoletos, sobre el grupo editorial vasco. El contexto, disputas en el seno accionarial, lo que hací­a factible a primera vista la operación. Ahora, nueve meses despuíés, una acción de Vocento se compra y vende por poco más de 7 euros tras desmoronarse cualquier atisbo corporativo.

El culebrón Bolsas y Mercados (BME) comenzó incluso antes de su debut en bolsa en julio de 2006, hace ahora dos años. El presidente, Antonio Zoido, nunca ocultó los contactos con la gestora alemana Deutsche Boerse para formar uno de los gigantes bursátiles mundiales. Todo ello en un contexto de concentración en el sector que tuvo como resultado, como caso más ilustrativo, la fusión de NYSE y Euronext. La acción de BME superó los 50 euros a cierre del año pasado, pero tras esfumarse cualquier oportunidad de integración de los dos grupos, y ante la caí­da de los volúmenes de negocio, el valor en bolsa de la cotizada se ha reducido a más de la mitad en medio año.

Las inmobiliarias tampoco culminan sus operaciones de salvamento

Inmobiliaria Colonial vivió un autíéntico infierno bursátil en bolsa durante los últimos dí­as de 2007. Su acción se desplomó el 45% en apenas cuatro jornadas tras la ejecución por parte de la banca de tí­tulos de los socios Luis Portillo o Nozar -entre otros- que mantení­an en contratos por diferencia (CFD) o equity swap. Productos derivados que permiten compras apalancadas, pero en los que se corre el riesgo de ejecución si tras perder la acción determinados precios no se aportan garantí­as adicionales. Tal y como ocurrió en este caso.

Estos motivos propiciaron que Luis Portillo abandonara su puesto como presidente de la compañí­a tras pocos meses en el cargo. Y despuíés de haber dejado a Colonial en una posición financiera peliaguda por su ambicioso y alocado proceso de adquisiciones en el que se llevó por delante a la antigua Colonial, Riofisa y el 15% de FCC por más de 7.000 millones de euros.

En los primeros meses de 2008, un fondo soberano de Dubai estuvo a punto de comprar la inmobiliaria, pero en marzo se suspendieron las negociaciones al no cumplirse las condiciones previstas, que pasaban por llegar a un acuerdo con los bancos acreedores de la inmobiliaria y de sus principales accionistas. Los árabes iban a pagar 1,19 euros en efectivo por cada tí­tulo de la futura Colonial, sociedad que se quedarí­a sólo con el negocio patrimonial.

Ahora, la compañí­a está en manos de las entidades financieras (Banco Popular y La Caixa son las cabezas visibles) que prestaron el dinero a Portillo para sus compras apalancadas, y negocia contrarreloj con la banca acreedora la refinanciación de su deuda de casi 9.000 millones, para lo que tendrá que desprenderse de activos como la filial patrimonialista francesa SFL. La acción ha retrocedido un 93%, desde los 6 a los 0,4 euros, en poco más de año y medio.

Astroc, ahora Afirma, tambiíén cayó del cielo al infierno en pocas semanas. De ser la sensación bursátil del nuevo siglo (con alzas de más del 1.000% en diez meses), a convertirse en la pesadilla de sus accionistas y el resto de pequeños inversores. Y entre medias, allá por el último trimestre de 2007, una fusión frustrada con la inmobiliaria catalana Aisa. Ambas acumulan importantes píérdidas en sus cuentas de resultados. En un comunicado, la presidida por Gení­s Marfá aseguró que “no es previsible que [las negociaciones] avancen en el futuro”.

Tambiíén en el denostado sector del ladrillo, Reyal Urbis y Martinsa Fadesa tuvieron que aplazar sine die la colocación de acciones en el mercado por la falta de interíés de los inversores en todo lo que huela a inmobiliarias y constructoras. Sacyr Vallehermoso, por su parte, vio frustrado su intento de sacar a bolsa la filial de concesiones Ití­nere por “la mala imagen de la compañí­a y su gestión entre los inversores extranjeros”, según fuentes de banca de inversión consultadas.

Chicharros, opados hasta la extenuación

Encontrar una aguja en un pajar es más sencillo que contabilizar cuántos rumores de OPA sobre los pequeños del parquíé se han sucedido en los últimos meses. Pero entre los small y medium caps de la bolsa patria existen algunos nombres a los que diferentes medios insisten dí­a sí­ y dí­a tambiíén en situar en manos de otro equipo de gestión.

Por orden alfabíético, Antena 3 TV, Acerinox, Amper, Avanzit, Ercros, Faes Farma, Banco Guipuzcoano, Jazztel, NH Hoteles, La Seda de Barcelona, Zardoya Otis y Zeltia han sido blanco común de columnas y pequeños espacios de periódicos por supuestos movimientos accionariales que nunca se produjeron y que, eso sí­, han cogido desprevenido a más de un incauto inversor que ahora no sabe cómo salir del atolladero.