Croquetas navarras en el Wal-Mart
Por... Eva Santiago
La empresa de Tudela exporta el 12,5% de su producción y ocupa un lugar privilegiado en las estanterías gourmet de las grandes cadenas de distribución del mundo.
Lo que para la mayoría es una verdad tan incuestionable como subjetiva, para María del Carmen Mesa es una realidad empíricamente demostrable: las croquetas de su madre son las mejores. Son la base de su negocio, Fridela, desde que a principios de los ochenta su progenitora le propusiera cambiar las croquetas congeladas que vendía en su tienda de ultramarinos de Tudela por las que ella hacía y que tanto gustaban en el entorno familiar. Los fritos que hasta entonces solo conocían los Mesa empezaron a circular por los hogares, bares y restaurantes de esta localidad navarra obligando a la propietaria a improvisar un obrador en la trastienda para satisfacer la creciente demanda, atraída por lo que era, y aún es, la esencia y baza principal de la compañía. "Fabricamos nuestros precocinados de manera prácticamente artesanal al 100%, lo que permite a muchos de nuestros clientes de hostelería vender los productos con el gancho de que son caseros", asegura íngel Gardachal, director gerente de Fridela. La diferencia es que ahora fabrican 1.000 toneladas de esos alimentos.
La tienda pronto se quedó pequeña y se tuvieron que mudar, primero a otro local del enclave ribereño y, en 2003, a una nave de 1.500 metros cuadrados que, tras varias ampliaciones, se mantiene como su sede. Al igual que las instalaciones, la clientela, la facturación y la carta de productos que ofrecen tampoco han dejado de crecer en los últimos 20 años, aunque de forma más intensa desde 2009.
Ese año, la empresa dio el gran salto ampliando su forma de vender. Hasta entonces solo utilizaba el canal tradicional de comercialización, a travíés de mayoristas del sector hostelero, con el que había conseguido tener presencia en el norte del país (Navarra, País Vasco, Cantabria, Aragón y Cataluña). En 2009, la compañía entra tambiíén en la restauración comercial organizada (grandes cadenas de bares y restaurantes, franquicias, etc.), en el retail (supermercados, hipermercados y tiendas de conveniencia), así como en el negocio de catering y salones de boda.
A partir de ese momento, la pequeña empresa navarra no solo se expande por España sino que pone en marcha un plan quinquenal de internacionalización que, sobrepasado su ecuador, ha superado los objetivos marcados. Fridela está presente en las principales ferias agroalimentarias y cuenta entre sus clientes con seis de las diez primeras cadenas internacionales de distribución como las estadounidenses Wal-Mart y Costco, las francesas Carrefour y Auchan, la alemana Metro Group y la española El Corte Inglíés. El mercado exterior supone ya el 12,5% de su producción, con ventas en Estados Unidos, Míéxico, Francia, Italia, Holanda, Bíélgica y Polonia. Sus próximos destinos son Chile y Brasil.
La exportación es la división que más contribuye al crecimiento casi exponencial de esta sociedad familiar que en los últimos 12 meses, hasta mayo, mejoró un 25,7% su facturación y que prevíé terminar el año con unas ventas superiores a los tres millones de euros. No obstante, la compañía tambiíén está consiguiendo crecer en el mercado español un 10,6%, "lo cual demuestra que la apuesta por la calidad es rentable porque nuestra expansión no obedece a una política agresiva de precios sino a una cuidada elaboración de nuestros productos englobados en la categoría de gourmet, en la que el precio no es el elemento diferenciador", concluye el director de la empresa.
La variedad de sus productos se ha multiplicado en todo este tiempo. Desde el primer catálogo, compuesto únicamente por croquetas de jamón, pollo y bacalao, han pasado a un surtido que incluye más de 50 referencias, "lo que nos convierte en la empresa más especializada en cocina precocinada con base de besamel", explica Gardachal. En la nueva gama de productos destacan exquisiteces como los pimientos y mejillones rellenos o las croquetas de arroz con leche, natillas o chocolate, "aunque la estrella sigue siendo la de jamón".