Los bancos chinos están hambrientos de capital despuíés de una juerga de príéstamos masivos y todavía tener que pagar de su principal accionista (el Gob) grandes dividendos. Una díécada despuíés de salir a bolsa, los bancos siguen siendo las armas del gobierno, la concesión de príéstamos donde y cuando se adapte a los funcionarios, e increíblemente reportando una tasa de príéstamos con problemas de tan sólo 1,15%. "Hay un montón de dinero sólo dando vueltas y vueltas ... dando la apariencia de fortaleza, cuando en realidad no es allí", dice Fraser Howie.