Decenas de miles de personas salieron ayer a la calle en medio centenar de ciudades españolas para protestar contra los recortes aprobados por el Gobierno en sanidad y educación, pero tambiíén contra la reforma laboral, las subidas de impuestos y los recortes de libertades. Estaban convocados bajo el lema «Con la sanidad y la educación no se juega», por la Plataforma en Defensa del Estado de bienestar y los servicios sociales, de la que forman parte UGT y CC OO y cincuenta organizaciones sociales .
El secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, explicó que los recortes y la reforma laboral aceleran la destrucción de empleo y que reducir el díéficit desde el 8,5% hasta el 3% el año que viene representa un ajuste de 78.500 millones de euros y que eso «no lo resiste ni la economía ni la sociedad». Para Toxo se trata de una «misión poco menos que imposible» y destacó que las últimas medidas anunciadas por el Gobierno (subida del IVA y rebaja de las cotizaciones sociales) suponen transferir rentas de los trabajadores a excedentes empresariales.
Tambiíén el secretario general de UGT, Cándido Míéndez, insistió en que el Gobierno «pretende ahondar en un camino de privatizaciones» y afirmó que el ministro de Economía, Luis de Guindos «cuenta cuentos porque no le van a salir las cuentas».
El efecto de los recortes en sanidad fue expuesto de manera dramática por el portavoz de las asociaciones en defensa de la sanidad pública, Marciano Sánchez: «Se va a incrementar la mortalidad y va a disminuir la esperanza de vida». Crudas fueron tambiíén las palabras de Ignacio Murgui, el portavoz de la asociación estatal de movimientos vecinales, para quien estamos asistiendo a «un saqueo de los recursos públicos».
Los líderes de UGT y CC OO reprocharon al presidente del Gobierno que no los quiera recibir y recalcaron que las protestas no acaban hoy, ni tampoco el Primero de Mayo, sino que seguirán movilizándose porque se está atentando contra los «pilares básicos de nuestro modelo de convivencia». La gente no se va a olvidar de los recortes porque los va a padecer día a día, dijo Míéndez.
Pensionistas, muchos profesores de la escuela pública, estudiantes, parados y trabajadores acudieron ayer a las manifestaciones con pancartas donde denunciaban el 'Guantánamo laboral', 'Educar es invertir, no gastar', 'La salud es un derecho, no un negocio' o que 'Lo público no se vende, se defiende'.
Como siempre, las cifras facilitadas por los sindicatos y las de la Policía divergen. Las centrales calculan que en Madrid se manifestaron 40.000 personas, 9.000 según la Policía.
En las ocho capitales andaluzas hubo 50.000 manifestantes según los convocantes y 11.500 según la Delegación del Gobierno; 70.000 en Galicia según los manifestantes; 15.000 en Valladolid (5.000 para la Policía), y otras 15.000 en Castilla La Mancha, aunque la Delegación del Gobierno las reduce a 3.500. Las marchas de Badajoz y Cáceres concentraron a 6.000 personas según los sindicatos y 2.000 para la Delegación del Gobierno.
En cualquier caso, fueron manifestaciones menos numerosas que las que se produjeron el 29 de marzo, con motivo de la huelga general. La lluvia que acompañó a las marchas en muchas de las ciudades y el tratarse de un fin de semana de puente deslucieron la asistencia.
En ninguna de las protestas se registraron incidentes dignos de reseñar, pese al antecedente que suponían los numerosos altercados y enfrentamientos surgidos durante la jornada de huelga general el pasado 29 de marzo.
En Barcelona, que protagonizó los hechos más violentos en aquella fecha, la manifestación apenas reunió a un millar de personas, que aprovecharon para reclamar la libertad de los tres estudiantes y la sindicalista de CGT que aún permanecen detenidos por los disturbios durante la huelga general y para lanzar consignas contra el consejero de Interior de la Generalitat, Felip Puig.