Por... RICARDO MEJíA CANO
En medio de la crisis europea, Alemania es un oasis: su ingreso per cápita ha crecido a una tasa superior a la de cualquier país del Grupo de los 7 en los últimos 10 años.
Mientras el desempleo en la Zona Euro alcanzó el mayor índice desde que se creó la moneda única, en Alemania está en uno de sus niveles más bajos y el superávit en su cuenta corriente, como porcentaje del PIB, es uno de los mayores del mundo, gracias a sus exportaciones de químicos, maquinaria, electrónica, etc.
Para muchos analistas y la revista The Economist : "El íéxito de Alemania radica en parte al íénfasis dado a la formación vocacional, en lugar de educar universitarios en profesiones que nadie necesita".
En Colombia hacemos precisamente lo segundo.
En Alemania, para ingresar a la primaria los niños deben haber cumplido los seis años. Allí reciben cuatro años de formación básica y pasan a la escuela media, donde además de continuar con su educación, reciben orientación sobre cuál de los tres sistemas de formación secundaria deberán continuar: 1. Estudios de bachillerato básico (Haupshulen), de 3 o 4 años.
Quienes escogen este camino pueden continuar con una formación vocacional en un instituto tíécnico o en la "Formación Dual": la mitad de su tiempo estudian en el aula y la otra mitad aprenden desempeñando el oficio en una empresa.
2. Bachillerato intermedio (Realschulen), dura 6 años y al graduarse reciben el título de Bachiller Intermedio. Una vez graduados pueden continuar estudiando en un instituto de formación tecnológica avanzada (Fachhochschulen).
3. Bachillerato superior (Gymnasien), donde se forman aproximadamente la tercera parte de los jóvenes. Dura 8 años y quienes se gradúan reciben el certificado de ingreso a la universidad (Abitur). Una ventaja de este sistema es que el estudiante, según sus aspiraciones y su condición económica e intelectual, puede escoger entre varios tipos de bachillerato, que a su vez les abren las puertas a diferentes alternativas de educación superior.
En Alemania, el 60% de los estudiantes cursan carreras tíécnicas o tecnológicas y de íéstos más del 80% lo hace en la formación dual. El íéxito es tal, que muchos bachilleres con el "Abitur" deciden tomar primero una formación dual, pues es el mejor pasaporte al primer empleo. Para poder recibir aprendices el empleador debe demostrar que tiene entrenadores calificados, equipo tíécnico adecuado, una proporción de trabajadores/aprendices aceptable, que permite al aprendiz participar en todos los procesos requeridos en su formación y certificarse con La Cámara de Industria como empresa calificada para la formación dual.
Por otro lado, los sindicatos participan en la elaboración de los programas, con el fin de garantizar que la formación se ajuste a las necesidades del mercado laboral. Muchos países han fracasado en la implementación de un programa como el alemán y la razón es comprensible, copiar procesos es fácil, implementar culturas no.
En Colombia, debemos primero convencer a Fecode y a muchos acadíémicos que la educación y la formación en alguna medida se asimilan a una mercancía: se deben evaluar nuestras necesidades en el mercado laboral para ajustar la educación a las necesidades del país. Ayudarles a desprenderse de las ideologías y a preocuparse por la empleabilidad de sus alumnos. Por otro lado los empresarios han liderado iniciativas como Empresarios por la Educación, pero falta mucho más compromiso. Ejemplos como el de Alemania muestran que diferentes sistemas educativos, efectivos y complementarios, son el mejor camino en la reducción del desempleo y el crecimiento económico. En su libro "Warum Deutschland eine glí¤nzende Zukunft hat" (Por quíé Alemania tiene un próspero futuro), el periodista Dirk Heilman predice que en 2030 Alemania será el país más rico del mundo por ingreso per cápita: "Deutschland íœber Alles".