BMN, Liberbank, Ibercaja y Unicaja ultiman uniones a dos bandas para formar grupos de 150.000 millones en activos.
Las últimas piezas del nuevo puzle financiero español están a punto de encajar. Mientras el Banco de España ha puesto en marcha ya la subasta de los intervenidos Banco de Valencia y Catalunya Caixa -Novagalicia tiene hasta septiembre para tratar de aguantar en solitario-, el Ministerio de Economía presiona al grupo de las cajas medianas para que se unan entre ellas. Bajo el dogma de "menos entidades, pero de mayor tamaño", el Gobierno persigue que la reforma financiera culmine con grupos que superen la barrera de los 100.000 millones de euros de activos. Por separado, ni Unicaja con Caja España Duero (80.425 millones en activos), ni el grupo BMN (69.000 millones), ni Ibercaja tras adquirir Caja3 (65.600 millones), ni Liberbank (53.000 millones), llegan a rozar dicha cifra.
Hace apenas 10 días que el Ministerio de Economía apremió a los responsables de las cuatro entidades citadas a unirse. Aunque el secretario de Estado de Economía, Fernando Jimíénez-Latorre, no lo mencionó expresamente, el Ministerio hubiera visto con buenos ojos una operación común para crear un gran banco, con unos 270.000 millones de euros en activos. La dificultad de configurar semejante gigante, que se convertiría en la quinta entidad por activos del país, partiendo de cuatro firmas generadas a su vez por uno o varios procesos de fusiones de cajas menores hace "inviable" semejante proyecto, según fuentes del sector. La vía intermedia consiste en limitar la fusión a dos matrimonios en los que cada pareja supere los 100.000 millones de euros en activos, una cuantía que el Ejecutivo estima suficiente como para que las entidades se financien por sí solas en el mercado de capitales, lo que debería garantizar su supervivencia futura.
Y las entidades parecen haberse plegado a los deseos de Economía. Un alto directivo de BMN revelaba ayer que su grupo (que conforman Caja Murcia, Caja Granada, Caixa Penedí¨s y Sa Nostra) tiene atada una operación corporativa para conformar una entidad de 150.000 millones de euros en activos con el visto bueno de Economía.
"Todos estamos hablando con todos", aseguraban fuentes oficiales de BMN, que admiten que hay conversaciones avanzadas con Liberbank pero no descartan una eventual unión con Ibercaja. Sin embargo, desde el sector se apunta a Liberbank como la opción más factible. Aparte de que su unión apuntalaría la fortaleza del grupo, la presencia geográfica de cada entidad parece casar sin excesivos solapamientos. En Andalucía, por ejemplo, donde BMN cuenta con 349 oficinas, Liberbank apenas tiene 32. Lo mismo ocurre en Cataluña, donde las 489 sucursales de BMN tan solo sumarían 11 de la firma asturiana. Por contra, Liberbank (nacida de Caja Asturias, Cantabria, Extremadura y la extinta Caja Castilla La Mancha) posee 420 oficinas en Galicia, donde BMN no tiene presencia alguna, o 371 oficinas en la comunidad manchega, donde su posible socio apenas aporta otras 20. Entre las dos, sumarían algo más de 3.000 sucursales en todo el territorio nacional.
Una prueba más de cómo casan los modelos de negocio de las dos entidades es que ambas se han presentado como serios pujantes en la subasta por Banco de Valencia (24.000 millones en activos), entidad intervenida por el Banco de España que se encuentra en el punto de mira estratíégico de los dos grupos. La fusión entre BMN y LIberbank, más la eventual adquisición del banco levantino, daría a lugar a un grupo de 146.200 millones de activos. Este podría llegar a rebasar los 150.000 millones de concretarse la compra que persigue cerrar Liberbank de Banco Caixa Geral. La filial del banco portuguíés en España aportaría unos 9.000 millones más.
En el caso de Ibercaja y Unicaja ya se produjo un acercamiento entre las dos entidades hace unos meses, si bien las negociaciones no llegaron a buen puerto por la falta de entendimiento entre sus máximos responsables.
De momento, las combinaciones están abiertas. De hecho, los presidentes de BMN, Carlos Egea; Liberbank, Manuel Meníéndez; Unicaja, Braulio Medel; e Ibercaja, Amado Franco, tienen prevista una nueva reunión a cuatro bandas que probablemente tenga lugar la próxima semana, revelan desde una de las entidades.
Aunque desde Economía rehusan entrar en detalles, desde las entidades financieras reconocen que el Gobierno está presionándolas para cerrar acuerdos de fusión antes de finales de mes y beneficiarse así del marco establecido por el Gobierno en el nuevo real decreto del sector financiero. El propio ministro de Economía, Luis de Guindos, avanzaba este lunes que se anunciarán más fusiones bancarias "en los próximos días".
Entre otras cosas, las operaciones corporativas permiten a los asociados aplazar un año el proceso de saneamiento de sus activos financieros. En concreto, Unicaja afronta un coste de 1.831 millones de euros tras absorber Caja España-Duero, de los que 1.065 millones corresponden a provisiones y 766 a capital adicional. Ibercaja, más Caja3, afronta 1.732 millones, divididos en 1.028 para sanear y 704 para elevar su capital. El impacto para BMN suma 1.039 millones, de los 674 irían a fortalecer capital y 365 al riesgo inmobiliario. Liberbank, por su parte, debe reunir 840 millones para provisionar 463 y elevar su capital en 377 más.
Los frente abiertos
La reestructuración interna
"¿Cómo vamos a desobedecer a la autoridad?", plantean desde uno de los cuatro grupos de cajas. Plantean que están dispuestos a cumplir con la pretensión de Economía de fusionarse entre ellos, pero destacan la dificultad de hacerlo cuando no han culminado sus propios procesos de fusión. BMN, que engloba Caja Murcia, Granada, Penedí¨s y Sa Nostra, y Liberbank (Caja Asturias, Cantabria, Extremadura y la intervenida CCM), llevan más tiempo en marcha y aún no han culminado su integración. Quíé decir de Ibercaja que se hizo con Caja3 en febrero, o de la unión de Unicaja y Caja España-Duero, desatascada en marzo tras un año de parón.
Puja por Banco de Valencia
BMN y Liberbank son dos de las entidades que han presentado oferta no vinculante por Banco de Valencia, entidad intervenido por el Banco de España el pasado mes de noviembre. La entidad que preside Carlos Egea ha manifestado su interíés por la filial de Bancaja, ahora socia en Bankia, debido a que reforzaría su presencia en la comunidad valenciana y a la similitud de su perfil de negocio de ambas entidades. Fuentes financieras aseguran que Santander y Bankinter tambiíén participan en la subasta. Las ofertas definitivas deberán presentarse antes del próximo 27 de mayo. Banco de Valencia cuenta con un total de 427 oficinas.
Catalunya Caixa, la más deseada
La siguiente en salir a subasta será Catalunya Caixa, cuyo cuaderno de ventas comenzó a distribuirse entre los interesados este lunes. Como candidatos figuran Santander, BBVA, Kutxa Bank o Sabadell, aunque tampoco se descarta que en la primer ronda participen otras entidades medianas, como Unicaja, Ibercaja o Liberbank. Fuentes financieras aseguran que la entidad que resulte ganadora podría recibir 4.000 millones de ayudas públicas. Una cifra calculada teniendo en cuenta que la cartera de activos problemáticos asciende a 16.000 millones, que ya ha dotado en torno al 40% y presuponiendo una píérdida esperada de entre el 40% y el 50%.
La incógnita de Novagalicia
Tras la subasta de Banco de Valencia y Catalunya Caixa faltará por despejarse el futuro de Novagalicia, entidad controlada tambiíén controlada por el FROB. El banco gallego tiene el compromiso del Gobierno de que podrá contar hasta el próximo mes de septiembre de plazo para conseguir atraer capital privado y evitar tener que ser subastada. Para seducir a inversores institucionales, fundamentalmente fondos de inversión de origen anglosajón, Novagalicia ha planteado al Banco de España que parte del capital de la entidad sea sometido a una subasta competitiva que incluya un esquema de protección de activos sobre posibles píérdidas futuras.