La exportación, el único buque, junto al turismo, que se mantenía a flote en el naufragio general de nuestra economía, empieza a dar claros síntomas de hundimiento por falta de combustible, que en el caso del negocio exterior son los pedidos de los mercados internacionales.
Este es el nuevo y difícil escenario que nos dibujan los resultados de la última Encuesta de Coyuntura de la Exportación del Ministerio de Economía, correspondiente al cuarto trimestre de 2011, y en la se observa como el Indicador Sintíético de la Actividad Exportadora cae 9,1 puntos, hasta situarse en -7 puntos, lo que supone entrar en resultados negativos por primera vez desde junio del año 2009.
Un resultado que es consecuencia tanto de la situación a la baja de la cartera de pedidos de la empresas exportadoras en los tres últimos meses del año pasado, como de sus perspectivas de evolución a tres y doce meses.
En concreto, el comportamiento de la cartera de pedidos de exportación en el último trimestre de 2011 muestra que, por segunda vez despuíés de seis trimestres, el porcentaje de empresas con evolución a la baja en su cartera de pedidos, el 37, 8% del total de las exportadoras, es superior al de las empresas con una evolución al alza que caen a sólo un 22,1%.
Esta variación negativa de la cartera de pedidos exteriores, consecuencia de la desaceleración económica de nuestros socios de la UE, es general para todos los sectores de actividad con las excepciones de los alimentos y los productos energíéticos, mientras que los sectores con mayores retrocesos en su cartera son el automóvil, con un 50,6% de las empresas que han tenido una caída en sus pedidos internacionales, y las semimanufacturas no químicas y los bienes de consumo duradero con un 42,.6 y un 41,7% de sus empresas con pedidos a la baja.
Precios estables o la baja
Por tamaño de las empresas, tambiíén el deterioro es general, con porcentajes de descenso en los pedidos que van desde el 32,5% para las empresas con exportaciones anuales entre 3 y 15 millones de euros y 39,7% para las que exportan por un valor superior a los 15 millones de euros.
Esta tendencia a la desaceleración de las ventas exteriores se constata ya en los datos de la balanza comercial del mes de febrero, que confirman un incremento del 4,9% nominal en nuestras exportaciones de mercancías, pero que al computarse el aumento del 5,1% de los precios nos deparan un descenso real del 0,2% en nuestras ventas a los mercados internacionales.
En el acumulado de los dos primeros meses del año, las exportaciones españolas alcanzaban un valor de 34.556,8 millones de euros, con un incremento nominal del 4,4%. Sin embargo el avance real se limitaba a un pobre 0,8% al descontar la subida del 3,6% de los precios.
Respecto a las expectativas de evolución a medio plazo, los resultados no son más optimistas. Al contrario, las carteras de pedidos para exportación a doce meses, es decir para el conjunto del año en curso, muestran un aumento de 3,1 puntos, hasta el 14,7%, en las empresas que declaran un descenso en su cartera de pedidos, frente a la caída de 3,5 puntos de aquellas que declaran un aumento y que se sitúan en un 29,5% del total de exportadores.
La mayoría de las empresas, el 46,3%, afirma que sus pedidos se mantendrán estables, aunque este porcentaje ha descendido tambiíén en 3,4 puntos y se ve acompañado de un deterioro de los precios y de los márgenes. De hecho, la Encuesta del Ministerio de Economía destaca que, un trimestre más la mayoría de las empresas exportadoras, el 68,9%, indica que sus precios de exportación se han mantenido estables, lo que computando el impacto de la inflación supone un descenso real de precios.
Al mismo tiempo, el porcentaje de empresas que declara un aumento de sus precios han disminuido en 4,5 puntos, hasta sólo el 9,8% del total de las que exportan, mientras que las que reconocen un descenso no sólo real, sino tambiíén nominal, aumentan hasta el 26,1% del total, lo que supone 5,9 puntos más. Tambiíén son una inmensa mayoría, nueve de cada diez, las empresas que afirman haber reducido o mantenido (lo que supone tambiíén un empeoran por el efecto inflacionario) sus márgenes de beneficio comercial de exportación.
En concreto, el 49,8% de las empresas exportadoras se mantienen en la estabilidad de sus márgenes y un 40,6%, 5,8 puntos más que en el tercer trimestre de 2011, admite una reducción de su beneficio comercial en las operaciones con el exterior.