Por... Ricardo Montero
Un familiar, que es menester describirlo como un buen hombre, refunfuñaba por los interminables y exagerados gastos que le demandaba la organización de su boda. Su padre, un sensible e inteligente septuagenario, al tiempo que le pedía calma, le advertía la suerte de haber nacido en el Perú y no en China, donde una boda "¡sí cuesta!", expresó, agregando un sonoro: "¡tacaño!".
La entretenida cháchara me llevó a averiguar lo más que pudiera sobre el costo de un casamiento en China. Lo primero que encontríé fue tremendo: las parejas inician su vida conyugal largamente endeudas, pues en una boda gastan mucho porque "tiene que ver con la imagen, con el prestigio familiar", como explica un reportaje de la BBC.
Uno de esos acontecimientos puede llegarle a demandar al novio el salario de todo un año, ya que solo el anillo de compromiso le costará US$ 3,500, que es el precio promedio de un anillo de diamantes que regularmente recibe una novia china.
Antes de la díécada de 1980, cuando aún no existían reformas y aperturas económicas en el milenario país, los chinos solo sabían que los diamantes se usaban en máquinas de precisión. En aquella íépoca recusaban el dispendio de dinero en actos que llamaban frivolidades del capitalismo.
Sin embargo, por alguna razón que ahora no está a mi alcance explicar, las bodas no entraban a esa categoría. Así, una pareja recuerda que en 1983 gastó en su boda 50 mil yuanes (US$ 6,250), que entonces equivalían al ingreso de los dos durante varios años.
Los desembolsos eran tan grandes, que culminada ceremonia y fiesta, los nuevos esposos debían separarse para vivir durante una larga temporada en casa de sus padres, porque ya no tenían dinero para alquilar una vivienda.
Según la tradición china, la familia del marido se encarga de la boda, que hoy puede costar desde US$ 30,000 (toda una ganga). La cantidad puede aumentar dependiendo de las costumbres y extravagancias, como las de aquella pareja que decidió celebrar la ceremonia en tres ciudades diferentes: Shandong, Hubei y Beijing, con el fin de contentar a familiares y amigos asentados en esos lugares. En total, invitaron a unas mil personas.
Pero estos grandes montos no solo se invierten en las grandes ciudades. En las empobrecidas y casi feudales zonas rurales, existe la costumbre de pagar dote a la familia de la novia. Esa cantidad cada vez es más alta porque en China comienza a existir una marcada escasez de mujeres. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas, en el 2020 habrá 24 millones de varones más que la cantidad de mujeres en edad de casarse.
De esta manera, una dote puede oscilar entre 44,000 yuanes (US$ 5,500) y 68,000 yuanes (US$ 8,500), aunque se ha escuchado hablar de que se ha llegado a pagar 136,000 yuanes (US$ 17,000).
Como ya estará deduciendo, la organización de bodas debe ser uno de los mejores negocios en China, sobre todo si se tiene en consideración que en ese país contraen nupcias unas diez millones de parejas cada año.