Las aventuras de Iberdrola y de Hochtief le están costando un ojo de la cara a ACS. El grupo presidido por Florentino Píérez tuvo que aportar 1.000 millones en fondos adicionales para hacer frente a las exigencias de sus principales bancos acreedores. Así consta en el informe de gestión del holding, que se niega a provisionar las píérdidas de cerca de 5.000 millones en ambas inversiones.
Según dicho documento, para hacer frente a la cobertura de los ratios de las financiaciones de Iberdrola y de Hochtief, “el Grupo ha aportado fondos por importe de 1.547,98 millones de euros a 31 de diciembre de 2011â€, una cifra superior en casi 1.000 millones a los 590,90 millones contabilizados un año antes. ACS reconoce que “estos fondos están minorando la financiación con recurso limitadoâ€.
No obstante, la compañía matiza que hasta el momento ha atendido de manera satisfactoria el pago de todos los importes de su deuda financiera a su vencimiento. Asimismo, añade que a la fecha de elaboración de las presentes cuentas anuales “no se ha producido ningún incumplimiento de sus obligaciones financierasâ€.
Esa solvencia se debe en gran parte a que la mayoría de los príéstamos que expiraban el pasado año fueron extendidos a entre finales de 2014 y principios de 2015 pese a que ACS apenas ha podido amortizar ni una díécima parte de su deuda. Sus principales acreedores son BBVA, Bankia, UBS, Caixabank, Mediobanca, Sociíétíé Gíéníérale y el ICO, entre otros.
Todas esas líneas de financiación, concedidas a Residencial Monte Carmelo, S.A. y Corporate Funding, S.L.(12,56% de Iberdrola, S.A.) y Cariátide, S.A., Major Assets, S.L. y Corporate Statement, S.L. (42,80% de Hochtief, A.G.) llevan incorporadas unos ratios de cobertura de tal forma que, de no mantenerse, podrían ser motivo de ejecución de las prenda constituidas sobre las acciones de la elíéctrica y de la constructora alemana.
Este fue el caso reciente de un críédito refinanciado en junio de 2011 por parte de UBS a una filial de ACS por 900 millones de euros. Debido al desplome de Iberdrola en bolsa en lo que va de año, la entidad suiza le solicitó nuevas garantías o la venta de las acciones para cobrar la deuda. Florentino Píérez optó por lo segundo el pasado 18 de abril cuando se vio obligado a vender un 3,7% de la empresa energíética mediante una colocación acelerada. La operación se cerró con una píérdida bruta de 700 millones.
Más intereses, más píérdidas
Además de obligarle a poner más dinero, la banca tambiíén le ha puesto condiciones más duras a la hora de refinanciarle los críéditos. Un ejemplo fue el que alargó el pasado año en relación a la compra de Hochtief, príéstamo por el cual ACS tuvo que pagar hasta un 400% más en intereses. Este mayor coste financiero ha llevado a la constructora a decidir pagar el próximo dividendo en acciones en lugar de con dinero, como ya hace Iberdrola desde hace varios años.
No han sido las únicas minusvalías. Las maniobras de ACS para sostener su inversión de Iberdrola le salieron mal pese a ser traspasos de las participaciones entre sus propias filiales. En junio, la compañía compró 13,28 millones de títulos de Iberdrola a Villa Aurea SL por 85 millones. Despuíés, le vendió 90 millones de acciones a Corporate Funding por 576,3 millones. Finalmente, en diciembre colocó 43,93 millones de iberdrolas a Residencial Monte Carmelo, tenedora del 8% del capital de la empresa vasca, por 208,4 millones. El resultado final de todo este enjambre fue unos números rojos de 72,93 millones.