Las consecuencias de las primeras medidas adoptadas por Repsol contra Argentina van surtiendo efecto. El país que preside Cristina Fernández de Kirchner tendrá que pagar el suministro de gas por barco un 26% más caro, despuíés de la petrolera cancelara su cargamento previsto para la semana pasada.
Argentina tiene que asegurar ahora el suministro para el invierno, ya que descuenta que la compañía que preside Antonio Brufua tampoco destinará la decena de barcos de suministro que habían pactado.
Así, el Gobierno argentino tuvo que salir del apuro y contratar nuevas importaciones de gas por barco para poder amortiguar las restricciones de suministro a las industrias y atender la mayor demanda residencial prevista para el período invernal.
El diario Clarín apunta que Argentina cerró el viernes, a travíés dela empresa estatal Enarsa, nuevas compras de Gas Natural Licuado que fueron adjudicadas para Bahía Blanca y Escobar. Para cerrar este repentino contrato, el Gobierno debió pagar casi un 26 por ciento más que el precio que estaba pactado con Repsol. En total, las seis cargas en juego implicarán para el Estado un desembolso de 306 millones millones de dólares, (80 millones de dólares más que el contrato original), lo que agravarán el díéficit comercial energíético, que apunta a 6.000 millones.
Folgado viaja hoy a Bolivia
Por otro lado, el Gobierno y Red Elíéctrica están ahora pendientes de las negociaciones para fijar un precio a la filial de la compañía en Bolivia, que fue expropiada por Evo Morales la pasada semana. Para comenzar la ronda de conversaciones, el presidente del grupo, Josíé Folgado, viajará hoy a La Paz, con la intención fijar un justiprecio.