Las decisiones estratíégicas del presidente de Repsol, Antonio Brufau, y los intereses de sus principales accionistas van por caminos opuestos. Mientras la compañía ha anunciado su intención de pagar el próximo dividendo en acciones en lugar de con dinero para evitar la salida de caja, Caixabank, Pemex y Sacyr Vallehermoso ya han decidido que solo quieren cobrarlo en dinero constante y sonante.
La entidad catalana, dueña del 13% de Repsol, la petrolera mexicana (tiene el 9,5%), y la constructora participada por Juan Abelló (aún controla el 10%) ya han comunicado a Brufua que no aceptarán la opción de ser retribuidos con más acciones de Repsol. La empresa energíética anunció en febrero un cambio en su política de remuneración al accionista al poner en marcha lo que se conoce scrip dividend, una fórmula que permite cobrar en cash o con papeles.
La medida, adoptada por otras muchas compañías como BBVA, Santander, Iberdrola, Telefónica y ACS, tenía como objetivo evitar una salida masiva de caja. De esta manera, Repsol conseguía mantener su salud financiera y su calificación crediticia. Una decisión que ha cobrado más significación tras la expropiación de YPF y la amenaza de varias agencias de rating de retirarle el investment grade. Es decir, colocarla en bono basura.
Sin embargo y pese a la necesidad imperiosa de preservar la tesorería, los mayores accionistas han decidido cobrar el próximo dividendo en dinero. El propio director general financiero de Repsol, Miguel Martínez, reconoció ayer en la conferencia con analistas para presentar los resultados del primer semestre que Caixabank, Sacyr y Pemex solo quieren percibir la retribución en metálico.
El banco presidido por Isidro Fainíé necesita el dinero más que nunca ante la obligación de realizar nuevas provisiones para cubrir su exposición al ladrillo. Por su parte, la constructora no puede sobrevivir sin el dividendo en cash porque con ese ingreso paga los intereses del príéstamo con el que financió el 10% que tiene en Repsol (2.500 millones). Por último, la mexicana no puede recibir más acciones, ya que entonces superaría el umbral del 10% que se ha comprometido con Brufau a no rebasar.
Repsol pagará un dividendo complementario de 0,5775 euros por título, por un total de 705 millones. De esta cantidad, 232 millones se los repartirán Caixabank, Sacyr y Pemex.
Curiosamente, la situación de Repsol es similar en relación a su inversión en Gas Natural. Martínez comunicó a los analistas que la petrolera tambiíén optará por cobrar el dividendo de la empresa catalana de gas en efectivo en lugar de en acciones. Repsol controla cerca del 35% del grupo presidido por Salvador Gabarró.
La petrolera tambiíén anunció que en "septiembre u octubre" llevará a cabo el canje de bonos convertibles por acciones de 3.000 millones de euros, tal y como adelantó El Confidencial hace unas semanas. El director financiero indicó que con esta medida pretende mantener el rating crediticio, su principal preocupación.
En este sentido, Martínez señaló que Repsol tiene "alternativas para fortalecer el balance" y dispone de una "sólida posición financiera y liquidez". Además, agregó que si fuera necesario vendería el 5% de autocartera que mantiene tras comprar el 10% a Sacyr Vallehermoso el pasado mes de diciembre. La petrolera acumula unas minusvalías de 300 millones en esta operación mediante la cual salvó la vida a uno de sus accionistas.
Martínez tambiíén aseguró que "no habrá grandes desinversiones de activos" en el futuro. "No estamos pensando en una venta material adicional de activos", afirmó ante los analistas. La compañía dispone de un "plan de autofinanciación" y confía en mantener una "fuerte posición financiera", lo que le permitirá ofrecer una remuneración "competitiva" a los accionistas, señaló el directivo.