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Autor Tema: Deloitte dio por buena la valoración de Bankia en dos ocasiones en 2011  (Leído 224 veces)

Eguzki

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Lo que valí­a en junio del año pasado, la valoración de Bankia de 12.000 millones de euros en BFA, ya no es válido para cierre de ejercicio. Sea como fuere, el cambio de criterio en Deloitte y la negativa a firmar las cuentas fue otro punto más que precipitó la salida de Rodrigo Rato y la nacionalización del grupo.


Deloitte, la auditorí­a habitual de Caja Madrid, Bancaja y Banco de Valencia, dio por buena la valoración de Bankia en dos ocasiones: con motivo de la preparación de la salida a bolsa y en los estados intermedios de ese año, 2011.

El primero, tomando los datos de cierre del primer trimestre del ejercicio, y el segundo, con datos de mitad de ejercicio. Ambos informes, que se refieren al balance y cuenta de resultados de Bankia, están firmados por el auditor, el primero con fecha del dí­a 17 de junio y el segundo del 28 de julio, y en los dos el resumen que hace Deloitte es el mismo, el que se hace cuando no se realiza ninguna objeción: "En nuestra opinión, los estados financieros intermedios resumidos consolidados se han elaborado adecuadamente, en todos los aspectos significativos, de acuerdo con normas contables que le resultan de aplicación".

En los dos se recoge, en el balance de Bankia, que el capital de esta entidad supera los 12.000 millones de euros. Unos 900 millones provienen de "otros instrumentos de capital", mientras que el grueso de la cantidad se explica por un valor nominal de las acciones de 1.800 millones de euros y otros 10.200 millones provienen de las aportaciones no dinerarias de elementos patrimoniales de BFA a Bankia.

Cambio de criterio
Esta valoración patrimonial de Bankia, la de 12.000 millones, era la que se recogí­a tambiíén en el balance de BFA a cierre de año, y por la que se negó a firmar el balance y cuentas de cierre de año.

Este cambio de criterio ha causado una profunda extrañeza, según señalan desde el sector, que no ven ninguna razón para ello.

Deloitte, a cierre de año, señala que hay un desfase patrimonial de 3.500 millones en BFA. La explicación serí­a la siguiente: BFA sigue valorando, como habí­a hecho el resto del año, en 12.000 millones a Bankia. Pero el auditor afirma que es incorrecto y debe rebajar esa cifra hasta 8.500 millones, que es el 52 por ciento de los recursos propios de Bankia, que a cierre de año estaban en unos 15.300 millones.

La discrepancia con la entidad es evidente. BFA ha dado unas aportaciones no dinerarias a Bankia cuya valoración ha dado por correctas Deloitte meses antes, y no hay razón para rebajar la cifra.

Deloitte tambiíén argumenta el bajo valor en bolsa de Bankia, que alcanza los 2.000 millones para el 52 por ciento que tiene BFA.

Descuentos generales
Pero el valor en bolsa del banco nunca se acercó a su valor contable. En la salida a bolsa de Bankia, en julio de 2011, el atractivo de la oferta en la colocación residí­a en un fuerte descuento sobre el valor contable, que se situó alrededor de un 60 por ciento. Era la única ví­a de garantizar el íéxito de la salida al mercado bursátil, con una prima de riesgo superando en aquellos momentos los 300 puntos básicos y el sistema financiero español, como ahora, en el punto de mira de los inversores internacionales.

Este descuento no es exclusivo de Bankia, sino tónica general, ya que el desplome de la bolsa durante los últimos años ha provocado que todos los bancos españoles coticen con fuertes descuentos sobre su valor contable, de tal manera que su capitalización bursátil es, en muchos casos, incluso inferior al 40 por ciento de su valor en libros.

Por otro lado, y si Deloitte pone en cuestión los 12.000 millones, la rebaja en el valor patrimonial que tení­a apuntado BFA, en 3.500 millones de euros, supone valorar Bankia a precio de liquidación, ya que no incluye ningún flujo futuro de beneficios.

La relación entre Deloitte y Rato se habí­a roto hace ya meses y se barajaba la sustitución de la auditora. Deloitte era la firma de Caja Madrid, Bancaja y Banco Valencia, por lo que participó en estas tres entidades durante el proceso de fusión, lo que podrí­a suponer, según fuentes financieras, un caso de conflicto de intereses.

Pero el enrarecimiento entre entidad financiera y auditora llega cuando se descubre que las cuentas de Banco Valencia están plagadas de agujeros, unas cuentas que Deloitte firmó sin ninguna salvedad.

Poco despuíés, Rato encargó a otra firma que realizara otra auditorí­a sobre Banco de Valencia para estudiar si la primera no se habí­a realizado correctamente y, en caso de descubrir nuevos desfases, reclamar en virtud del contrato de fusión, una rebaja del peso de Bancaja en el grupo BFA.