El mercado secundario europeo es un polvorín. Si da miedo ver como la rentabilidad de la deuda de economías como la española o la italiana se disparan peligrosamente, no es menos preocupante el repunte de los precios de los bonos alemanes, cuyos tipos han caído a mínimos históricos en el 1,5%. En esta tesitura, siempre hay alguien preparado para sacar tajada al río revuelto y, en esta ocasión, el hombre que se forró aventurando el pinchado de las hipotecas subprime en EEUU, quiere repetir suerte.
El gestor de hedge fund John Paulson, en contra de la tendencia del mercado de refugiarse en los bonos alemanes ante el creciente riesgo de todo lo que hay a su alrededor, ha apostado por su caída, sumándose a la pequeña corriente de analistas que ve una burbuja en la deuda germana. Así, el presidente de Paulson & Co se ha puesto corto en deuda alemana comprando CDS (seguros frente al impago) a un precio irrisorio que le podría reportar buenas ganancias si el motor de Europa empieza a tener problemas.
Y muy probablemente los tendrá. Alemania se ha convertido en el gigante con pies de barro de la Unión Europea, en tanto que es el principal acreedor de una serie de países con serias muestras de insolvencia que la componen. Con el asunto más grave para la región sobre la mesa –Grecia- y otros tantos de suma importancia entre los que se encuentran España, Italia, Portugal, Irlanda… de una manera u otra la deuda alemana se va a acabar viendo salpicada, va a aumentar su riesgo, van a bajar los precios de sus bonos y se va a incrementar la rentabilidad.
“Está apostando porque Europa va a salvar a Grecia y al resto de la UE, con lo que el riesgo de los perifíéricos se va a repartir entre todosâ€, explica a Cotizalia.com, Alberto Matellán, director de renta fija de Inverseguros. “Hemos llegado al punto que o hay más Unión Europea o no la hay, pero si se sigue adelante con el proyecto común la solución final es eurobonos y una unión fiscal, que implica que Alemania cede parte de su 'infrarriesgo' crediticio, que tiende a igualarse a la media del resto de Europaâ€.
De aquí en adelante sólo hay dos opciones. O una integración fiscal o una disolución de la eurozona y en cualquiera de los dos escenarios el precio del 'bund' se desplomará. Así, en el primero de los casos, hay diferentes formas de articular una unión fiscal pero la más asumida es mediante la emisión de eurobonos.
Para ello, los tipos de interíés de todos los países que componen la eurozona se moverían hacia un tíérmino medio, de la misma manera que ha ocurrido con el euro que, al fin y al cabo, es una cesta de 17 divisas. Esto, mientras que por un lado beneficia a los llamados PIIGS a la hora de financiarse en el mercado, provoca que Alemania sufra un incremento de sus intereses.
La otra solución sería dar la patada a España, Grecia, Italia y Portugal de la eurozona. Hay que tener en cuenta que el buen comportamiento que han venido mostrando las exportaciones de Alemania y, en consecuencia, sus sólidos ingresos, dependen en buena parte de la devaluación de su moneda al entrar en una cesta de divisas llamada euro, en la que la debilidad de divisas de unos países compensó la fortaleza de otras. Pero si estos países se salen del euro, la moneda única se revalorizaría, dañando el comercio exterior de Alemania, reduciendo sus ingresos y, en consecuencia, aumentando el riesgo del país.
Y en cualquier caso. Todo lo que sube tiene que bajar y “el bono alemán está tan caro, que no puede irse más alláâ€, ha concluido Matellán