La gran banca española, liderada por Santander y BBVA, y la saneada Kutxabank están considerados como los máximos favoritos para la compra de la nacionalizada Catalunya Caixa (CX) cuya subasta debería estar resuelta a finales de junio, dijeron fuentes con acceso al cuaderno de venta.
"Los máximos candidatos en el caso de Catalunya Caixa son Santander, BBVA y tambiíén aparecen en la puja Kutxabank", explicó una fuente.
El calendario para Catalunya Caixa fijaba como tope el 11 mayo para la presentación de ofertas no vinculantes y en torno a mediados de mediados del siguiente mes (13 de junio) para las vinculantes antes de su adjudicación en torno a finales de junio.
Diversas fuentes han indicado recientemente que Catalunya Caixa (CX), con activos de unos 75.000 millones de euros, podría atraer el interíés de entidades de gran tamaño o de un tamaño al menos claramente superior a los 100.000 millones.
En este caso tambiíén figuran Popular y Sabadell, con activos superiores a los 160.000 millones.
El director financiero de Popular, Jacobo González-Robatto, reconoció recientemente que había sido invitado para expresar su interíés en Catalunya Caixa y que estudiaría el cuaderno de venta.
En tanto, en el caso de Sabadell el eventual interíés por CX está más fundamentado en el interíés de la Generalitat de Catalunya por mantener la entidad en la región despuíés de que la tambiíén catalana Unnim fuera adquirida recientemente por BBVA.
Kutxabank, una de las entidades más saneadas del sector financiero español, tambiíén estaría interesado en la compra de la entidad catalana.
En la actualidad, el sector bancario español se encuentra en pleno proceso de reestructuración y de saneamiento despuíés de que el Gobierno aprobara en febrero una normativa que obliga a la banca a afrontar la depreciación de los activos inmobiliarios con unas nuevas exigencias por provisiones y capital por importe de unos 54.000 millones de euros y que este viernes completó con unas provisiones adicionales de 30.000 millones de euros sobre el críédito inmobiliario sano.
El Ejecutivo ha aprobado estas dos últimas reformas bancarias en un intento por recuperar la confianza de los inversores internacionales en el sector bancario español, cuyo principal talón de Aquiles es precisamente el negocio del ladrillo, donde tiene unos 184.000 millones de activos problemáticos.
Además, el Gobierno obligará a la banca española a apartar sus activos inmobiliarios en sociedades holding e impondrá una auditoría independiente completa de la banca a la que prevíé ayudar con un importe de 15.000 millones de euros entre capital y príéstamos.
Fuentes del Banco de España y del Gobierno señalan que la aprobación de las nuevas provisiones no debería influir en el proceso de subastas pendientes pues las primeras píérdidas son asumidas por las propias entidades en sus dotaciones y luego por los esquemas de protección de activos.
Bajo el conocido como Esquema de Protección de Activos (EPA), el Banco de España tiene previsto ofrecer al potencial comprador de Catalunya Caixa (CX) una garantía sobre una cartera de activos inmobiliarios de unos 6.000 millones de euros cubierto por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD).
El FGD se nutre de las aportaciones privadas de los bancos, se haría cargo de píérdidas futuras por el deterioro de activos de Banco de Valencia durante los próximos 10 años.
El coste de la EPA lo asume en un primer momento Catalunya Caixa (CX) con las provisiones constituidas, que ascendían a finales de diciembre para sus activos inmobiliarios a unos 2.300 millones de euros.
Posteriormente, el 80 por ciento del quebranto lo asumiría el FGD y el restante 20 por ciento la entidad compradora.
La banca española está trabajando actualmente en varias vías para financiar el coste de las próximas subastas de cajas nacionalizadas, incluida la posibilidad de adelantar aportaciones al FGD, en un momento de crecientes dudas en el mercado por la debilidad de parte del sector financiero español
Catalunya Caixa fue nacionalizada en septiembre pasado por el Banco de España a travíés del estatal Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que adquirió un 90 por ciento de su capital por un importe de 1.718 millones de euros.
A cierre de 2011, la entidad catalana registró unas píérdidas por importe de 1.335 millones de euros.