Ha llegado el momento. Ahora que los políticos europeos contemplan abiertamente una salida de Grecia del euro, las empresas europeas tienen que diseñar detallados planes de contingencia, según señalan abogados y grupos de asesoramiento a empresas. Muchas aún no lo han hecho.
Es cierto que, por lo general, las empresas han abordado su exposición directa a Grecia, minimizando, por ejemplo, los balances en efectivo en bancos helenos. El minorista de artículos de electrónica Dixons explica que cerraría temporalmente sus tiendas si se producen disturbios en Grecia. Las compañías han limitado las nuevas inversiones en el país y se han asegurado de que equilibrar los activos helenos de los que disponen con deudas financiadas a nivel local. Esto debería reducir el riesgo de sufrir fuertes píérdidas por el cambio de divisa si Grecia vuelve al dracma