Los analistas comienzan a mirar con otros ojos a la renta variable europea. Tras meses poniendo pies en polvorosa de los parquíés, a golpe de titular en la crisis de deuda soberana, las sensaciones comienzan a cambiar. Prueba de ello son los últimos informes publicados sobre la región en los que los expertos hablan de niveles atractivos para entrar.
A raíz de esa premisa, hay letra pequeña para todos los gustos, desde los más optimistas hasta los más prudentes. El caso es que se puede ver el vaso medio lleno o medio vacío y para los que se encuentran en la primera tesis, un escenario como el actual, en lugar de ser un peligro para las carteras es una excelente oportunidad para los inversores selectivos.
“Ahora es buen momento para comprar acciones europeasâ€, afirma Richard Halle, gestor de renta variable de M&G Investment. “La diferencia entre lo que el mercado está cotizando y lo que las compañías están ingresando nunca ha sido mayorâ€.
En este sentido, la firma distingue entre tres grupos de valores, los que se han visto fuertemente afectados por la crisis de deuda y cotizan a valoraciones históricamente bajas, como es el caso de Banca Popolare di Milano, Deutsche Bank y Allianz, las empresas domíésticas cuyos ingresos proceden de las regiones más estables, como Hornbanch y, por último, aquellas compañías que cotizan en índices europeos pero su negocio está fuera, como BMW, Heineken o BIC.
Por su parte, desde Goldman Sachs, aunque se mantienen neutrales a tres meses vista, son positivos de cara a los próximos doce meses en tanto que “dado el valor y asumiendo una modesta recuperación del crecimientoâ€. “Las acciones, en nuestra opinión, están descontando un escenario de díébil crecimiento y no podemos abogar por más caídas en base a los fundamentalesâ€, explican en su último informe de estrategia.
Finalmente, Morgan Stanley hace un llamamiento a la prudencia. Aunque tambiíén está en la tesis de que las valoraciones de los activos europeos se están volviendo más atractivas, “están lejos aún de situarse en niveles de crisis o de una recesión hecha y derecha. Con los fundamentales todavía díébiles y la incertidumbre, preferimos esperar un catalizador, que bien puede ser un mayor crecimiento de los fundamentales o una mayor política de intervención en Europa antes de hablar de rebote tácticoâ€