El banco central nipón decidió hoy mantener los tipos de interíés entre el 0 y el 0,1 %, nivel en el que se encuentran desde diciembre de 2008, y avisó de los riesgos derivados del "alto grado de incertidumbre" por la crisis global.
La junta de política monetaria de la entidad emitió el comunicado tras concluir su reunión mensual de dos días, en donde subrayó que la economía japonesa se encamina hacia "una fase de repunte" a pesar de que su actividad se mantiene "más o menos plana".
Además, el Banco de Japón (BOJ) estimó, al igual que en su anterior informe, que la economía global "aún no ha superado la fase de desaceleración" pero que se han observado una mejora "a ritmo moderado" de EEUU.
El banco emisor tambiíén destacó la necesidad de prestar "mucha atención" al desarrollo de los mercados en EEUU y Europa, la cual ha generado "cierto nerviosismo" a nivel global a causa de la crisis de deuda en la eurozona.
En cuanto a la economía japonesa, el informe destaca que las exportaciones se han mantenido "más o menos planas" mientras que la demanda domíéstica y la inversión pública se han incrementado.
Además, el BOJ destaca el "aumento moderado" del consumo privado gracias, por ejemplo, al programa de ayudas estatales para la compra de vehículos menos contaminantes, mientras que la inversión inmobiliaria ha experimentado tambiíén un avance.
Mientras, las condiciones financieras de Japón han continuado "mejorando" y el índice de precios al consumo (IPC) se sitúa en torno al cero por ciento.
En cuanto a las perspectivas de la economía del país, el banco emisor señaló que espera que regrese a la senda de la "recuperación moderada" al compás de la mejora de las condiciones financieras globales, liderada por las economías emergentes y los Estados exportadores de materias primas.
Tambiíén contribuirá a la mejora de las condiciones económicas del país el incremento de la demanda asociada a la reconstrucción de las zonas devastadas por el terremoto y tsunami de marzo de 2011.
El mes pasado el Banco de Japón anunció la ampliación de su programa de compra de activos en 5 billones de yenes (49.064 millones de euros) en una nueva medida de flexibilización monetaria destinada a combatir la deflación y estimular la economía.
La ampliación supone que el programa del BOJ, destinado a inyectar liquidez al sistema, se elevará hasta 70 billones de yenes (686.901 millones de euros).