Por... CHRISTINA REXRODE y PALLAVI GOGOI
NUEVA YORK -- Casi cuatro años despuíés de la crisis financiera, Wall Street no logra enderezar el rumbo.
La furia de los inversionistas aumentó el miíércoles en torno a la Oferta Pública Inicial de Facebook de la semana pasada, frangollada por los bancos que manejaron la transacción a lo que se sumaron los problemas tíécnicos en la bolsa Nasdaq.
Grupos de accionistas iniciaron al menos dos demandas contra Facebook y Morgan Stanley, el banco que manejó la OPI, ante informes de que ocultó informes negativos de analistas acerca de Facebook antes de que la compañía vendiera acciones al público.
Fue el segundo tropiezo esta semana por parte de una gran firma del mercado financiero. JPMorgan Chase, venerado por la manera como maneja los riesgos, aún no ha podido contener una píérdida de 2.000 millones de dólares en una de sus subsidiarias.
Estos errores están reduciendo aún más la confianza del gran público inversionista, o lo que quedaba de íél despuíés del derrumbe financiero de 2008, y refuerza la sensación de que el juego es fraudulento.
Judson Gee, un asesor financiero en Charlotte, Carolina del Norte, llamó el miíércoles por la mañana a un cliente que había invertido 50.000 dólares en acciones de Facebook el viernes, el día de la OPI.
Gee le dijo al cliente, dueño de un restaurante, que tenía informes de que Morgan Stanley sólo había informado a clientes selectos que un analista redujo su cálculo de los ingresos de Facebook justo antes de la OPI.
"Pude ver cómo se le abría la boca de par en par", dijo Gee. "Salió una retahila de insultos". Dijo que su cliente le preguntó: "¿Cómo es posible que den esa información a los más grandes y no al público?"
Al planificar la OPI, Facebook y Mirgan Stanley elevaron la cantidad de acciones ofrecidas en venta en un 25% a 421 millones. Preveían una demanda extraordinaria por parte de los inversionistas.
Aparentemente, equivocaron el cálculo. Las acciones de Facebook saltaron de 38 a 45 dólares en los primeros minutos, pero cayeron inmediatamente a 38, luego a 34 el lunes y 31 dólares el martes. El miíércoles aumentó un dólar.
La demanda de los accionistas, presentada en una corte federal en Manhattan, acusa a Morgan Stanley de ocultar el informe negativo del analista a ciertos clientes cuando se aprestaba a realizar la OPI.
Morgan Stanley se negó a hacer declaraciones sobre la demanda, pero dijo el martes que había cumplido con las normas en cuanto al manejo de los informes de analistas antes de la OPI. Facebook calificó la demanda de "carente de míérito".
La Comisión Bancaria del Senado, la Comisión de Valores y otros organismos reguladores planean realizar su propia investigación de la OPI.
Lisa Lindsley, directora de estrategias de capital para la federación sindical de empleados públicos estatales, distritales y municipales, que tiene 1,6 millones de afiliados y maneja un fondo de pensión de 850 millones de dólares, dijo que el sindicato estaba "muy preocupado por la falta de controles internos de las tres firmas", a saber, Facebook, JPMorgan y Morgan Stanley.
Por cierto que el gran público tiene una relación ambivalente con Wall Street. Durante las díécadas de 1980, 1990 y parte de la de 2000 tendió a amar a los banqueros, a los que consideró los amos del universo.
Sin embargo, cada vez que viene una crisis, como en 1987, a principios del siglo y en 2008, el amor se vuelve rápidamente odio.
Los tropiezos recientes se producen en mal momento para Wall Street. Faltan apenas seis meses para unas elecciones presidenciales en las cuales la economía y el papel de las grandes instituciones financieras tendrán mucho peso.
Cuando el Congreso aprobó una reforma de las leyes financieras en 2010, su intención era evitar una repetición de la crisis de 2008. Aún se están elaborando los detalles y el sector de servicios financieros lucha contra muchos de esos cambios.