Por... Isabel Serrano
Los 27 gobernantes están conscientes de que el futuro de la zona del euro se encuentra ahora en las manos del pueblo griego.
El mes de junio será decisivo para la Unión Europea, que aguarda de manos atadas los resultados de las nuevas elecciones en Grecia, el día 17, y la evolución del problema de la banca española en las próximas semanas para saber en quíé dirección continuar su lucha contra la crisis.
Los gobernantes de los 27 se han librado, el pasado miíércoles, a un importante ejercicio de reflexión sobre cómo reactivar el crecimiento económico en tiempos de recesión en la mancomunidad.
No obstante, han dejado las decisiones para su cumbre del 28 y 29 de junio, conscientes de que el futuro de la zona del euro se encuentra ahora en las manos del pueblo griego.
De dar como vencedor al partido de extrema izquierda Syriza, favorito en las encuestas de opinión y defensor de una renegociación de las condiciones del rescate heleno, todo indica que Grecia se vería obligada a abandonar la unión monetaria.
Y es que las autoridades europeas ya dejaron claro que el no cumplimiento del plan de austeridad y reformas llevaría a la suspensión de la ayuda financiera de 130,000 millones de euros a Atenas.
Como resultado, el sistema bancario griego colapsaría y el país tendría que imprimir nueva moneda.
Esa posibilidad ha ganado tanta fuerza en los últimos días que las autoridades europeas han empezado a preparar un plan de contingencia para proteger la estabilidad de la zona del euro en caso de que se concrete.
Muchos especialistas, entre ellos el diputado liberal alemán Rainer Brí¼derle, ex ministro de Economía, acreditan que en la actualidad launión monetaria podría administrar casi sin problemas el abandono de uno de sus miembros.
Pero en paralelo al problema de Grecia, la Unión Europe (UE) tambiíén espera conocer la evolución de la crisis bancaria en España.
El gobierno español ha encargado a 2 consultoras una evaluación de los balances de los bancos del país, cuyos resultados deberán darse a conocer en la segunda quincena de junio y con los que se espera recuperar la confianza de los mercados.
Mientras tanto, las próximas decisiones del Banco Central Europeo (BCE) jugarán un importante papel.
El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, quiere que la institución vuelva a comprar deuda de los países en situación delicada para que sus bancos puedan refinanciarse.
De no ser así, Madrid podría tener que recurrir a los fondos de rescate europeos para poder inyectar liquidez en las entidades problemáticas, una opción que rechaza tajantemente.
Así las cosas, la única cosa concreta que se ha decidido por el momento es que el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, debería diseñar las líneas maestras de una reforma en la unión monetaria, con el objetivo de profundizar su integración.
Ese podría ser el primer paso para la adopción de medidas novedosas y todavía controvertidas, como la mutualización de la deuda de los 17 socios del euro en los llamados eurobonos.