Sostiene Rajoy que “no habrá rescate de la banca españolaâ€, pero lo cierto es que los mercados ya lo descuentan. Incluso, han puesto fecha: a partir del 30 de julio. Ese día, según las fuentes consultadas, las cuatro firmas que contratará el Gobierno para auditar el sistema financiero -las big four- dispondrán ya de sus informes de auditoría. Y a partir de ese momento -una vez que estíé ya plenamente operativo el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el Gobierno español podría pedir asistencia financiera.
La decisión no está tomada, pero en todo caso dependerá del resultado de las tasaciones que están haciendo Oliver Wyman y Roland Berger sobre la cartera crediticia de la banca. No sólo sobre la vinculada a la industria inmobiliaria, sino, tambiíén, la cartera de pymes y de particulares. Una vez que se conozcan los resultados de esas tasaciones, entrarán en liza los auditores, que en principio iban a tener hasta el 30 de septiembre para hacer su trabajo.
Ahora, sin embargo, lo más probable es que tengan que presentar sus informes de auditoría el 30 de julio, y es que el Gobierno ha decidido adelantar todos los plazos para intentar sofocar un fuego que lejos de remitir crece y crece. Y que se traduce en una brutal caída de los precios, tanto de las cotizaciones de la banca como de la deuda española.
Inicialmente iban a ser tres los auditores, pero al final, y para evitar exclusiones, se ha decidido convocar a las cuatro firmas que dominan el sector: PricewaterhouseCoopers, Deloitte, Ernst&Young y KPMG.
Según las fuentes consultadas, la presencia de las tasadoras internacionales y de los auditores es un paso obligatorio antes de pedir ayuda financiera, toda vez que los acreedores -está sin definir cómo se articulará la asistencia- exigen conocer con carácter previo la verdadera situación de la banca española. Algo parecido se hizo en Portugal con ocasión de la intervención del país. Aunque en el caso español, íésta estaría limitada al sistema financiero y no la política gubernamental.
Ahora bien, como aseguran las fuentes consultadas, tambiíén puede ocurrir que estas nuevas pruebas de esfuerzo (stress test) den un resultado mejor del esperado, y con ese argumento el Gobierno podría prescindir de cualquier tipo de ayuda. Y, al mismo tiempo, acreditar los resultados ante los mercados. “Los ejercicios están diseñados para decir ‘todo está bien’ o para pedir ayuda exteriorâ€, se asegura.
Escenarios de resistencia
En todo caso, lo que está claro es que los nuevos gestores de Bankia han puesto el techo muy alto. Probablemente demasiado alto con el objetivo de que su gestión “luzca†durante los primeros trimestres una vez asimilada las píérdidas.
Lo que se está discutiendo ahora son los parámetros que utilizarán los auditores como referencia a la hora de realizar las nuevas pruebas de esfuerzo. Es decir, el escenario macroeconómico de los próximos años, la evolución de la morosidad o las perspectivas de precios en el ‘ladrillo’. Y a partir de ahí se conocerá la capacidad de resistencia de cada una de las entidades a un escenario adverso.
Al Gobierno, como reconoció el lunes el presidente Rajoy, le gustaría que fuera el Banco Central Europeo (BCE) quien asumiera el rescate de la banca española. Pero esta posibilidad la rechaza Alemania y su área de influencia. Ayer, por ejemplo, el consejero austríaco en el BCE, Ewald Nowotny, dejó bien claro que “el rescate de bancos es responsabilidad de los gobiernos nacionalesâ€. Y no sólo eso. Advirtió que “la responsabilidad del BCE está en el ámbito de la liquidez, no de la solvenciaâ€. Más claro, el agua.
La participación del Fondo Monetario Internacional (FMI) tampoco está clara. Aunque su directora gerente, Christine Lagarde, ha reiterado su disposición, lo cierto es que los países emergentes presentes en el directorio de la entidad se niegan, como reconocen fuentes oficiales. Y lo hacen con el argumento de que no tiene sentido salir en auxilio de países ricos -como España- cuando se niegan fondos a naciones en vías de desarrollo.
El Mecanismo Europeo de Estabilidad, que sustituye a partir del 1 de julio próximo al Fondo de rescate, se presenta de esta forma como el instrumento más apropiado para inyectar liquidez a la banca. Y cuenta para ello con una dotación de hasta 500.000 millones. Los cuatro primeros bancos de Grecia, por ejemplo, acaban de recibir un príéstamo de 18.000 millones de euros por parte del Fondo de Estabilidad que les permitirá regresar a la financiación del BCE.
Ese mecanismo está previsto para adquisiciones en el “mercado primario, intervenciones en el mercado secundario, recapitalizaciones de entidades financieras y programas cautelaresâ€.