El gobierno del presidente Franí§ois Hollande emprendió el ataque contra las altísimas remuneraciones en las grandes empresas francesas de propiedad estatal, cumpliendo una de sus promesas de la campaña electoral.
El jueves, el gobierno francíés anunció que se opone a la atribución de una importante prima de partida del presidente de la firma de aeronáutica y de defensa Safran, en la que el Estado tiene 30% de los derechos de voto. El "paracaídas dorado" del directivo Jean-Paul Herteman fue rechazado inmediatamente despuíés por la asamblea general de accionistas.
De la misma manera, el gobierno indicó que, en nombre de la "decencia salarial", votaría el jueves contra el pago de una prima de no competencia de 400.000 euros a Pierre-Henri Gourgeon, ex patrón de la compañía aíérea Air France/KLM, en la que el Estado es accionista minoritario (15%). Se espera que los accionistas voten al respecto este mismo jueves.
Hollande, que asumió como presidente de Francia el 15 de mayo, ha multiplicado las medidas simbólicas sobre los salarios de los dirigentes políticos y los patrones de empresas. La palabra clave del nuevo ejecutivo francíés es la "ejemplaridad".
El nuevo gobierno dio el tono ya el 17 de mayo al anunciar una reducción de 30% del salario del jefe de Estado y de los ministros.
La misma política es adoptada para los salarios de las empresas del sector público o de las que el Estado es accionista.
En espera de una ley (despuíés de las legislativas previstas el 10 y el 17 de junio), el ministerio de Economía indicó el jueves que el gobierno tomará de aquí en quince días las "medidas conservatorias necesarias" para evitar los excesos en materia de remuneración de los altos directivos de empresas públicas.
"La reducción de la jerarquía de los salarios dentro de las empresas públicas, de 1 a 20" se hará rápidamente, recalcó el jueves el ministro de Finanzas, Pierre Moscovici, evocando la "moralización de los dirigentes de empresas".
Es decir que la remuneración de un patrón no podrán sobrepasar un monto veinte veces superior al salario más bajo pagado en su empresa.
La limitación de los sueldos de los altos directivos es una medida sumamente popular, aprobada por cuatro de cada cinco franceses según un reciente sondeo, en el actual contexto de crisis y de rigor presupuestario.
No obstante, el alcance de la medida podría ser escaso, limitándose a algunos patrones de los grupos en los que el Estado posee más de la mitad del capital, como Aeropuertos de París, Areva (nuclear), Correos, Francesa de Juegos (juegos de azar), la SNCF (Sociedad Nacional de Ferrocarriles) y EDF (energía).
Y entre ellos las situaciones son muy diversas: el sueldo del presidente de la SNCF, Guillaume Pepy, estaría por debajo del límite, según una fuente bien informada. En cambio, el de EDF, Henri Proglio, ya en la mira a raíz de su proximidad con el ex presidente conservador Nicolas Sarkozy, sería muy superior (64 veces el salario de base).
En los consejos de administración mixtos (Estado y sector privado), todo deberá ser negociado. Tal será el caso de GDF Suez (energía), Renault (automóvil), EADS (aeronáutica) o Air France-KLM.
"Yo creo en el patriotismo de los dirigentes, que pueden comprender que la crisis exige la ejemplaridad de las íélites políticas y económicas", declaró el primer ministro Jean-Marc Ayrault.
Pero no pareciera que tal patriotismo estíé garantizado: el presidente de Air France-KLM, Jean-Cyril Spinetta, indicó el jueves que sin duda la prima otorgada a Gourgeon será rechazada, pero, dado que íéste ya la ha cobrado, eso no implica que el interesado la devuelva.
Pierre-Henri Gourgeon no pudo ser contactado el jueves por la AFP, pero uno de sus allegados estimó que "no tiene interíés en renunciar a esa prima" que es "jurídicamente inatacable".