El rescate europeo de los bancos españoles con problemas es todavía una idea, pero poco a poco, contra la aparente voluntad de Alemania, se abre paso bajo la presión de Bruselas, París y, por supuesto, España. Pero cuenta, sin embargo, con un adversario inesperado.
La banca española considerada ‘sana’ teme que el rescate de entidades inviables, las que suelen denominarse ‘zombies’, acabe por alterar la libre competencia en el sector al tratarse de ayudas de Estado incompatibles con la Unión Europea.
Todavía no hay ninguna posición oficial, pero el presidente de la patronal bancaria, Miguel Martín, no se ha cansado de repetir que el Gobierno debe dejar caer a las entidades insolventes. En línea con la hoja de ruta que aprobó hace poco más de un año la propia Comisión Europea, que advertía de que “no hay motivo para que esos costes [los de la crisis bancaria] recaigan sobre los contribuyentesâ€.
En un documento firmado por el comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, incluso se aceptaba la idea de la creación de un fondo de resolución bancaria para hacer frente a la quiebra de una entidad de tamaño mediano -no es el caso de Bankia-, pero dejando claro que “todo banco, por grande que sea, pueda quebrarâ€.
Ahora la Unión Europea discute que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) -que entrará en vigor el próximo 1 de julio- inyecte dinero directamente a la banca sin pasar por los Estados, pero como señaló recientemente Miguel Martín en un artículo publicado en el diario Expansión, “es necesario distinguir entre entidades que pueden afrontar la crisis y las que no son viablesâ€.
¿Y cuáles son esas entidades no viables? Nadie lo sabe, pero lo cierto es que el presidente Rajoy dijo la semana pasada que el Gobierno no dejaría caer a “ninguna†entidad financiera.
¿Quíé quiere decir esto? Pues que es muy probable que no sea el Gobierno español quien decida quíé entidades sigan vivas, sino los altos funcionarios que gestionan el Mecanismo Europeo de Estabilidad a la luz de los informes que hagan, en primer lugar, las consultoras Roland Berger y Oliver Wyman, y, posteriormente, los cuatro auditores contratados por el Gobierno español.
Una vez que los informes estíén terminados, el MEDE podrá comenzar a operar, lo que no será antes del 30 de julio. Hasta esa fecha, se multiplicarán los contactos ya iniciados formalmente por el Ministerio de Economía, según la agencia Reuters.
Amplios poderes e independencia
La patronal bancaria española ha dejado por escrito su posición favorable a que se cree “una autoridad administrativa de resoluciónâ€, dotada de “amplios poderesâ€, y con importantes medios materiales y humanos, que permita la toma de decisiones con agilidad y con un alto grado de independencia.
El Ejecutivo de Rajoy trata de evitar a toda costa que no se interprete un hipotíético rescate de la banca española como una intervención encubierta de la economía española por parte de la ‘troika’ (BCE, CE y FMI), toda vez que son fenómenos completamente distintos. En todo caso, lo que está claro es que esa inyección de liquidez sería para toda la banca europea con problemas y no sólo para la española. La decisión, previsiblemente, se tomaría en el Consejo Europeo del 28 y 29 de junio, en Bruselas.
Los problemas que plantea Merkel no tienen sólo que ver con la cuantía de los fondos -Alemania es el primer contribuyente-, sino con la fiscalización de ese dinero. Y hoy por la Unión Europea carece de instrumentos de supervisión transnacionales capaces de controlar cómo se gasta. Es en este contexto, en el que hay situar los últimos llamamiento del Gobierno español destinados a comprometerse con una centralización de la política fiscal y avanzar hacia una unión bancaria.
España, de hecho, ya cumple dos de los requisitos establecidos por el todavía vigente Fondo Europeo de Estabilidad Financiera para recapitalizar la banca: que afecte a entidades sistíémicas y que firmas independientes auditen a los bancos implicados. Y la contratación de Roland Berger (alemana y con indudable sintonía con Merkel) y Oliver Wyman iría en esa dirección. Tambiíén el informe que está realizando el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la banca española, y que, previsiblemente se conocerá el próximo 11 de junio. Un avance preliminar de ese informe fue el que desencadenó la nacionalización de Bankia. Y en íél se decía que el 30% del sistema financiero era 'zombi'.