Por... Miriam Castro
La inversión directa en el exterior de China no ha logrado seguir el ritmo de crecimiento arrollador de su economía.
Europa está recibiendo una oleada de inversión directa desde China que podría aportar entre 250,000 y 500,000 millones de dólares en capital nuevo esta díécada, fenómeno que generará empleo pero que al mismo tiempo dará a los gobiernos dolores de cabeza, según un informe publicado el jueves.
La inversión directa en el exterior (ODI, por sus siglas en inglíés) de China no ha logrado seguir el ritmo de crecimiento arrollador de su economía, pero las cosas van cambiando a medida que las compañías buscan adquirir marcas y tecnología para mantenerse por delante de su competencia en su propio país.
Los flujos de ODI anual a Europa se triplicaron entre 2006 y 2009 antes de triplicarse de nuevo el año pasado, hasta 10,000 millones de dólares, según el grupo Rhodium, una firma económica con sede en Nueva York. El número de acuerdos valorados en más de un millón de dólares se duplicó hasta casi cien en cada uno de los años de 2010 y 2011.
Y Rhodium espera que la tendencia continúe: prevíé entre un billón y dos billones en inversión china en el exterior entre 2010 y 2020.
Eso supondría entre 250,000 y 500,000 millones de dólares en inversión acumulada de China -ya sea en fusiones o adquisiciones o en proyectos en materia medioambiental-, si Europa puede evitar el colapso del euro y mantener el 25% de ODI que logró en la díécada de 2000.
"Incluso si los flujos chinos se sitúan a nivel más bajo del esperado y Europa desiste de atraer una participación tan grande, se esperaría una media anual de 20,000-30,000 millones de dólares para la próxima díécada", dijo el informe escrito por Thilo Hanemann y Daniel Rosen.
Algunos políticos han pedido un tratado de inversión bilateral para promover los flujos, pero Hanemann dijo que la prioridad para Europa debería ser hacer su mercado más atractivo mejorando su competitividad.
"La mayoría de las firmas chinas invierten con perspectiva a largo plazo. Así que lo más importante que Europa necesita hacer para mantener la inversión es afrontar sus problemas estructurales", dijo en una entrevista telefónica.
El estudio estimó que la actual inversión china da sostíén a 45,000 empleos en los 27 países de la Unión Europea y concluyó que las firmas se están aventurando en el extranjero principalmente por motivos comerciales -ya sea en respuesta a la presión que afrontan en sus mercados nacionales o por el atractivo de los acuerdos en Europa-.
Pero reconoció el potencial de consecuencias económicas negativas de la inversión creciente.
Por ejemplo, Europa podría estar expuesta a una mayor volatilidad en el caso de una alteración económica grave en China y las firmas chinas podrían repatriar actividades de gran valor tras hacer adquisiciones.
Y lo que es más, Pekín podría intentar mezclar dinero con política. Y, como estado autoritario de un partido único con valores diferentes a los de Occidente, la rápida inversión china probablemente genere temores de seguridad nacional, dijeron los autores del estudio.
"El actual modelo europeo de apertura será probado seriamente en el futuro cuando los insumos de China alcancen volúmenes de primer nivel, no todas las adquisiciones son amistosas, y la austeridad de la UE está en pleno apogeo", dijeron.
Los autores recomendaron que la UE mantenga abierta la puerta a la inversión poniendo en marcha una postura común ante los acuerdos de evaluación. De esa forma se encararían potenciales preocupaciones para la seguridad nacional de una forma no discriminatoria.