Por... Antonio Barrero F.
"Potenciar el gas natural como energía de transición sustitutiva del petróleo". Euskadi, que acaba de presentar su estrategia energíética 2020, lo ha explicitado de forma rotunda: "el gobierno aboga por reforzar los sistemas de aprovechamiento de esta fuente energíética sustitutiva del petróleo, y que supone una transición más limpia hacia la mayor generalización de las fuentes energíéticas renovables. Los esfuerzos se encaminarán a aumentar su participación en el mix energíético desde el 42% actual hasta el 50%".
Sí, primero será el gas y, luego, las energías renovables. El gobierno presidido por el socialista Patxi López (en Euskadi el gobierno autonómico es fruto de un pacto Partido Socialista-Partido Popular) quiere convertir el gas en la pieza angular de su estrategia energíética, hasta el punto de que pretende aumentar la participación de este combustible fósil en el mix energíético "desde el 42% actual hasta el 50%, ampliar las infraestructuras de almacenamiento y transporte de gas y analizar la viabilidad tíécnica, económica y ambiental de las potenciales reservas de gas natural propio en la Cuenca Vasco Cantábrica" (en clara referencia a los presuntos yacimientos allí existentes del políémico gas pizarra).
La dimensión macro
Las grandes cifras de la estrategia vasca son las siguientes: la administración, que quiere movilizar inversiones por un valor total de 10.710 millones de euros, pondrá de su bolsillo (inversión directa y ayudas) 1.770 millones. Asimismo, estima que el ahorro energíético –Euskadi quiere reducir el consumo de energía en un 17%– liberará renta por un valor de hasta 5.000 millones de euros y pretende que la generación renovable aumente hasta alcanzar el 14% de la demanda de energía primaria. Además, estima que el desarrollo económico sostenible derivado de todo ello provocará "una reducción de emisiones en 2020 de 2,5 millones de toneladas de CO2 anuales, un 18% menores que las registradas en el año de referencia 2005".
Un ahorro para el consumidor estimado en 4.000-5.000 millones de euros
Más cosas: la estrategia, tambiíén conocida como 3E2020, se propone "introducir un 15% de energías alternativas al petróleo en el transporte". ¿Cómo? Logrando que en 2020 circulen por las calles y carreteras de Euskadi 37.100 vehículos elíéctricos. Por otro lado, el gobierno vasco considera la eficiencia energíética como "uno de los pilares fundamentales" de la 3E2020. Así, pretende recortar la demanda de energía en un 17% y reducir la intensidad energíética, es decir, la cantidad de energía consumida para producir una unidad de riqueza, en un 22%. Esta reducción del consumo –asegura– supondrá "entre 4.000 y 5.000 millones de euros ahorrados en 10 años para los sectores consumidores", lo cual "supone una notable renta liberada".
Seis puntos porcentuales en ocho años
En el comunicado que difundió ayer, y en lo que se refiere a las energías renovables, el gobierno vasco señala que, "en el medio plazo, será necesario centrarse en tecnologías maduras como la biomasa y la eólica, aunque sin olvidar la apuesta por el largo plazo y las energías marinas y la eólica marina; como visión a largo plazo, el reto será alcanzar un 30% de renovables en 2030; en cuanto a la producción elíéctrica, el objetivo es aumentar la participación de la cogeneración [otra vez el gas] y las renovables en generación elíéctrica, de forma que alcancen el 22% y 16% respectivamente". Todo ello significa –según el gobierno de López– "incrementar la cuota de renovables en el consumo final del 8% actual al 14%".
Fuentes de energía no convencionales
La estrategia prevíé actuaciones concretas "para consolidar empresas tractoras vascas de referencia internacional" en materia de redes inteligentes, energía eólica y termosolar. Tambiíén prevíé generar conocimiento "en nuevos ámbitos emergentes", como el almacenamiento de energía y la energía undimotriz, para lo cual se cuenta con centros de investigación referentes como el CIC energiGUNE y el Biscay Marine Energy Platform, este último, en fase de instalación a día de hoy. Además, "buscará aprovechar la oportunidad de las inversiones energíéticas para desarrollar nuevas empresas y servicios en los campos de la electrificación del transporte, las empresas de servicios energíéticos y el gas no convencional".
La electricidad, el nexo
El ejecutivo estima que las inversiones en I+D de desarrollo tecnológico alcanzarán los 2.820 millones de euros (del total de esos 10.710 citados al principio). Según los datos difundidos ayer por la administración vasca, el sector energíético alcanzó una facturación de 15.469 millones de euros en 2008 y da empleo en Euskadi a 24.400 personas, superando las 1.900 personas dedicadas a la I+D en diversos campos energíéticos. La administración "estima que el 61% de la inversión requerida será atendido a travíés de bienes y servicios producidos por empresas vascas" y que ello supone un impacto equivalente al 1,6% del PIB vasco, y el mantenimiento de 14.150 empleos anuales; junto a ello, se estiman otros beneficios indirectos en materia de recaudación fiscal de las Haciendas superior a los 2.824 millones en el periodo 2011-2020".