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Autor Tema: El plan de rescate bancario disparará el peso de la deuda hasta máximos históric  (Leído 136 veces)

Eguzki

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Los expertos creen que, a corto plazo, la ayuda puede suponer un alivio para la prima de riesgo, pero que la verdadera clave residirá en si acaba provocando un incremento del díéficit público. Ayer, el presidente Mariano Rajoy aseguró que no, pero dependerá de cómo se desarrolle el príéstamo.


Los inversores compraron con el rumor. Lo hicieron durante la semana pasada, cuando dieron por hecho que España, finalmente, recibirí­a ayuda de Europa para sanear la situación de los bancos. Esas expectativas propiciaron que la bolsa española subiera un 8% en su mejor semana del año y que la prima de riesgo se moderase de los 550 hasta los 489 puntos básicos.

Hoy, con esa posibilidad convertida en certeza, con el dinero para la banca ya sobre la mesa, esos mismos inversores demostrarán si están dispuestos a seguir comprando con la noticia.

A juicio de los expertos, el buen tono podrí­a continuar, al menos a corto plazo. Al fin y al cabo, el críédito de 100.000 millones de euros cubre uno de los flancos más díébiles, como es el financiero, y lo hace en unas condiciones ventajosas, puesto que ese dinero será prestado a un interíés del 3%, cuando en estos momentos la rentabilidad de los bonos españoles a dos años alcanza el 4,28% y la de los tí­tulos a 10 años se encuentra en el 6,21%. "Se trata de la alternativa menos mala", concluye Alberto Matellán, director de estrategia y macroeconomí­a de Inverseguros, que expresa así­ un sentimiento generalizado.

Una carga más pesada...
Ahora bien, de lanzar las campanas al vuelo a medio plazo, nada de nada. Primero, porque con la información disponible hasta el momento, lo que está claro es que el respaldo aportado al sector financiero español engordará como nunca el peso de la deuda pública sobre el Producto Interior Bruto (PIB), es decir, sobre el conjunto de la economí­a española.

Antes de los acontecimientos del fin de semana, el Gobierno calculaba que la deuda pública equivaldrí­a al 79,8% del PIB a finales de 2012. Esta carga, que ya duplicaba la existente antes de la crisis -ver gráfico-, crecerá en la medida en que los bancos españoles hagan uso de la lí­nea de críédito ofrecida.

Si, como recogen los pronósticos, consume 80.000 millones, la ratio deuda/PIB aumentarí­a hasta el 87,9%; si se llegara hasta los 100.000 millones, ese porcentaje se dispararí­a hasta el 89,8%, es decir, 10 puntos porcentuales por encima de los pronósticos del Ejecutivo. Desde 1980, el primer año del que el Fondo Monetario Internacional (FMI) dispone este dato para España, la carga de la deuda jamás habí­a sido tan alta. Y aún hay más.

Según los pronósticos del FMI para los próximos años, esos 8 o 10 puntos adicionales de deuda llegarí­an a provocar incluso que la ratio alcanzara por primera vez en la historia el 100 por ciento del PIB. "La ayuda incrementa la ratio deuda/PIB, pero lo hace a unos tipos más favorables que los vigentes en el mercado", subraya Alberto Matellán.

"Cuanto más dinero tomemos, peor será para la proporción entre la deuda y el PIB. Pero no es cuestión de generar un pánico excesivo al respecto ni de sacralizar ningún porcentaje concreto, sino que esa ratio es consecuencia de todo lo demás. De una situación en la que esa deuda se deriva de un díéficit que hay que financiar y de una situación económica negativa", interpreta el analista financiero Juan Ignacio Crespo.

... ¿tambiíén para el díéficit?
Por tanto, de fondo siguen existiendo riesgos que pueden pesar sobre la prima. Por un lado, ese incremento de la deuda puede desembocar en nuevas rebajas de la calificación crediticia de España. Y por otro, supone una amenaza potencial sobre el díéficit público, es decir, en el desajuste de las cuentas públicas.

Por el momento, ese efecto es nulo. "No perjudica al díéficit público porque por ahora es una inversión financiera", matiza Matellán, pero avisa: "Si en el futuro hubiera píérdidas o algún problema, sí­ repercutirí­a en el díéficit". ¿Por quíé motivo? Porque como los príéstamos se canalizarán a travíés del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) y este está soportado en última instancia por el Estado, serí­an las arcas públicas las que responderí­an por los agujeros que podrí­an producirse.

"Lo que es seguro es que afectará al volumen de la deuda; si repercute en el díéficit, se verá. Y es precisamente el impacto que pueda tener en las finanzas públicas el mayor riesgo de la operación", concluye Matellán.

Con la intención de mitigar esta amenaza, el Gobierno tiene previsto, precisamente, cubrirse las espaldas aplicando a las entidades que reciban ese dinero un interíés adicional al exigido por Europa al FROB. Es decir, superior al 3% que se espera que se disponga de ese dinero. De ser así­, con ese margen se asegurarí­a un colchón de liquidez por si hubiera algún problema y, en caso de no haberlo, generarí­a un ingreso extra para las arcas públicas.

El 'detalle' de los detalles
Sin embargo, y para saber si el Ejecutivo puede aplicar ese recargo, falta saber cómo proporcionará el FROB esa ayuda. Es decir, si lo hará en forma de capital, en cuyo caso no podrá imponerlo, o si lo hará con otros productos hí­bridos, como pueden ser los cocos o bonos convertibles contingentes, que sí­ permitirí­an cobrar ese interíés superior.

Y es que falta conocer mucha, casi toda la letra pequeña, algo que, conociendo la maquinaria polí­tica europea, es fundamental. "Faltan muchos detalles. Como quiíén será el que ponga el dinero. ¿Será la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF) o el Mecanismo de Estabilidad (Mede)? Según quiíén lo haga, la deuda será de más o menos calidad y eso podrí­a crear problemas para las colocaciones del Tesoro Público", advierte Juan Ignacio Crespo.

Para Juan Ramón Caridad, director de Swiss&Global, "Europa ha dado una patada hacia delante y ha concedido más tiempo a España; tres o seis meses". En su opinión, por tanto, habrá más sorpresas en el futuro. "La ayuda para los bancos puede ser el anticipo de lo verdaderamente importante, que es lo que puede estar por venir y que puede manifestarse en forma de una verdadera integración fiscal y de eurobonos", añade.