La necesidad de liquidez de la banca supone una seria amenaza para un vasto grupo de cotizadas. Medio centenar tiene en su accionariado a antiguas cajas, que ahora suspiran por desinvertir para captar liquidez y reducir sus necesidades de capital. El problema son las bajas valoraciones y el escaso interíés del inversor por comprar Bolsa española.
Se dice que Dios aprieta pero no ahoga, pero la crisis económica y financiera y los cambios regulatorios a nivel global están asfixiando a las entidades financieras. Ahora, les toca desinvertir tras varios años de imparable crecimiento y, en este contexto, son las sociedades participadas las que más probabilidad tienen de salir de los balances. El fin, reducir el consumo de capital y captar liquidez con los mercados cerrados a cal y canto.
Los datos de Banco de España indican que la partida del activo que hace caso a acciones y participaciones ha pasado los 105.400 millones de marzo de 2011 a 166.500 millones en marzo de este año. Otra estadística que recoge esa partida de balance, pero en la que se incluyen los activos fuera de España, habla de un dato de 296.700 millones, de los que 232.000 millones son “sociedades no cotizadasâ€, las más difíciles de vender.
| EmpresasAumentar tamaño del textoReducir tamaño del textoImprimirLa amenaza desinversora de las cajas se cierne sobre 46 cotizadas españolas
La necesidad de liquidez de la banca supone una seria amenaza para un vasto grupo de cotizadas. Medio centenar tiene en su accionariado a antiguas cajas, que ahora suspiran por desinvertir para captar liquidez y reducir sus necesidades de capital. El problema son las bajas valoraciones y el escaso interíés del inversor por comprar Bolsa española.
Alberto Cañabate /
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Lunes, 11 de Junio de 2012 - 8:58 h.
Se dice que Dios aprieta pero no ahoga, pero la crisis económica y financiera y los cambios regulatorios a nivel global están asfixiando a las entidades financieras. Ahora, les toca desinvertir tras varios años de imparable crecimiento y, en este contexto, son las sociedades participadas las que más probabilidad tienen de salir de los balances. El fin, reducir el consumo de capital y captar liquidez con los mercados cerrados a cal y canto.
Los datos de Banco de España indican que la partida del activo que hace caso a acciones y participaciones ha pasado los 105.400 millones de marzo de 2011 a 166.500 millones en marzo de este año. Otra estadística que recoge esa partida de balance, pero en la que se incluyen los activos fuera de España, habla de un dato de 296.700 millones, de los que 232.000 millones son “sociedades no cotizadasâ€, las más difíciles de vender.
*Fuente: Banco de España
Cerca de una tercera parte de las compañías que componen el mercado continuo de la Bolsa española tienen en su accionariado a alguna de las antiguas cajas o a algún banco que, sin quererlo, ha tenido que cambiar príéstamos por acciones por la incapacidad de pago de su cliente. El riesgo desinversor está latente, aunque como se ha demostrado en los últimos meses, son pocos los “valientes†que quieren comprar Bolsa nacional.
Tras ser destituido como presidente, Luis del Rivero tuvo que vender en mercado a lo largo de varias semanas un 10% de Sacyr Vallehermoso, con el consecuente impacto en el valor. Nadie quiso comprar grandes paquetes. Otro caso evidente de la falta de apetito por España es Iberdrola. ACS se vio obligado a rebajar un 7% el precio para colocar un 3,6%, pese a que la elíéctrica caía un 19% en el año y es una de los grandes del Ibex.
La compañía que preside Ignacio Sánchez Galán tambiíén tiene en su accionariado a Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia, que controla el 5,4% de la compañía, y Kutxabank, con un porcentaje similar. Otras pequeñas cajas –ahora bancos- cuentan con participaciones más modestas adquiridas en pleno boom a precios muy superiores a los actuales. El riesgo desinversor de BFA está ahí, más cuando ha pedido fondos públicos para tapar minusvalías en participadas y poder vender sin píérdidas.
“El Grupo ha ajustado sus participaciones en empresas cotizadas y no cotizadas, con un ajuste de 3.900 millones a nivel de BFA-Bankia y de 1.900 millones para Bankia. Esto podría ser el primer paso para vender esos activos, probablemente un requerimiento de las autoridades europeas, aunque el equipo directivo dijo que la desinversión no tendría que ser de inmediatoâ€, explica JPMorgan.
Entre otras, el grupo que ahora preside Josíé Ignacio Goirigolzarri tiene un 12% en la aerolínea IAG –fusión de Iberia y BA-, un 14,99% de Mapfre, un 20,12% de Indra, un 19% de la inmobiliaria Metrovacesa, un 15,7% de NH Hoteles, un 27,6% de Realia y un 18,6% de Deoleo. Además, en su balance acumula una buena ristra de participaciones en sociedades no cotizadas, sobre todo relacionadas con el sector inmobiliario.
Que un banco estíé en el accionariado de una cotizada es para Jorge Lage, analista de CM Capital Markets, “un factor de riesgo†que “no estallará hasta que no se comunique esa salida del accionariadoâ€. El experto puntualiza que no todas las inversiones son iguales. “Cuando pasó lo de Bankia, le pegaron a todas las participadas, pero por ejemplo es complicado que venda Mapfre al ser una unión estratíégicaâ€.
La salud de la entidad financiera es un factor determinante. La Caixa tiene la cartera de participadas más relevante entre sus comparables con un 28,4% de Abertis, un 36,6% de Gas Natural, un 12,9% de Repsol, un 5% de Telefónica y BME y un 5,78% de Colonial. Los gestores consideran estas inversiones como un buen colchón en momentos de caída de ingresos por los dividendos, pero a su vez quieren que el negocio puramente bancario pese cada vez más dentro del grupo.
“El problema que tienen esos valores [participados por bancos] es que en cualquier momento pueden desinvertir. Lo que hay que ver es hasta dónde [los bancos] tienen provisionadas las participadasâ€, explica Enrique Zamácola, director de análisis de Link Securities. “Muchos bancos tienen que vender, necesitan liquidez y capital, aunque es complicado encontrar contrapartida. Va a haber rotación en los accionariados, pero lo veo más a medio plazoâ€.
Amper es un buen ejemplo de sociedad cotizada que ha encontrado un nuevo accionista que suple a una caja de ahorros. Enrique Bañuelos, empresario levantino fundador del “castillo de naipes†llamado Astroc, se ha comprometido a suscribir una ampliación de capital de la empresa tecnológica y ha adquirido un 9,2% a Liberbank (Cajastur, CCM, Cantabria y Extremadura) a de 1,7 euros por acción, muy por debajo del de compra.
“Con la venta de Liberbank, una parte significativa del riesgo de overhang (ventas masivas) desapareceâ€, dijo BPI. “Lo bueno es que te quitas accionistas con riesgo de flowback (que puedan vender de forma masiva)â€, explica otro analista. “El principal riesgo de Amper es su estructura accionarialâ€, socios que pueden salir como Banca Cívica o Liquidambar (sociedad inversora de varias cajas). Ahorro Corporación aplaudió la dilución de esos accionistas mediante la ampliación de capital.
LOS MEDIANOS VALORES, LOS MíS AFECTADOS
Deoleo es un claro ejemplo de valor mediano participado de forma mayoritaria por entidades financieras, algunas de las cuales ha recibido fondos públicos para escapar de la quiebra. La empresa de alimentación realizó en 2010 una ampliación de capital que incluía la capitalización de algunos príéstamos, a imagen y semejanza de lo acaecido en inmobiliarias como Colonial y Metrovacesa, tambiíén participadas por bancos.
Tras la intervenida BFA (18,6%), se sitúan Unicaja (11,34%), Banca Cívica (5,96%), Kutxabank (5,46%) y BMN (5,47%). El riesgo desinversor es muy alto, más si alguna de estas entidades financieras recibe fondos públicos para cubrir píérdidas en la cartera de participadas. La caja malagueña tambiíén participa en el accionariado de Reyal Urbis, de la que tiene un 4,3%.
Banca Cívica, que será absorbida por Caixabank, cuenta con una cartera de participadas muy importante, casi todas “small & medium capsâ€. Además de Amper y Deoleo, está en Tubacex (8,8%), CAF (3,01%), Cie Automotive (5%), Campofrío (4,17%), Dinamia (7,51%), Fuidra (7,99%), GAM (9,32%) y Unipapel (5,06%).
La de Kutxabank, una de las entidades más solventes del país, no le va a la zaga, con un 19% de CAF, el 14% de Petronor y otras como Enagas (5%), Iberdrola (5,48%), Natra (9,13%), NH Hoteles (6,25%), Natraceutical (4,58%), Deoleo (5,46%) y Zeltia (3%). El presidente, Mario Fernández, dijo en febrero que estudia la posibilidad de desprenderse total o parcialmente de su cartera de 266 participadas. Hace poco, vendió un 4% de Ibermática a la ONCE para desconsolidar y evitar el castigo de las normas de Basilea.
Otro de los nuevos bancos, Liberbank, se ha mostrado activo con la venta en los últimos meses de Amper, Telecable -operación con la que obtuvo 340 millones de euros para aumentar los ratios de capital- y el negocio de seguros de vida y pensiones. La entidad que preside el asturiano Manuel Meníéndez tiene en su balance Ence (6,25%), Enagas (5%), GAM (5,04%), Grupo San Josíé (5,54%) e Indra (5,01%).
Banco Mare Nostrum (BMN), entidad capitaneada por Caja Murcia, tiene el 18,8% de Miquel y Costas, un 7,98% en Fersa, un 5,47% de Deoleo, un 4,4% en Laboratorios Rovi y un porcentaje algo menor en Cleop (3,7%). Banco Sabadell, que hace poco recibió el okey de Bruselas para comprar CAM, tiene un 3,79% de Fersa, un 12,3% de Metrovacesa y de forma sobrevenida un 6% en Meliá Hotels y un 5,3% de Natra.
NCG Banco, participado en más de un 90% por el FROB (fondo de rescate), ha llevado en los últimos peses una política activa de desinversiones, como el 24,1% de Pescanova, un 11,1% de Calvo o el 30% de Enerfin a Elecnor por 30 millones. La entidad gallega cuenta con participaciones valoradas en 1.000 millones de euros, aunque la titularidad en los registros de la CNMV es del FROB.
Este fondo de rescate de la banca ha declarado posiciones en Elecnor (5,04%), GAM (4,95%), Sacyr (6,73%), Tecnocom (20,05%), Quabit (4%) y Tavex (5%). Atalaya, brazo inversor de varias cajas, tiene un 5% de Tubacex y de Uralita. Liquidambar, un vehículo similar, cuenta con un 5% de Amper, un 6,1% de Duro Felguera y un 5% de Pescanova.