“Quien diga lo contrario miente. Despuíés del rescate, nadie contaba con ver la prima de riesgo en los 544 puntos básicos ayer. El Tesoro tiene que emitir letras y bonos la semana que viene y se le acumulan los problemas a la espera de las elecciones en Grecia. La presión va a ser extraordinariaâ€, aseguran en la mesa de un gran banco español.
Tras el trámite de la colocación a medida del pasado día 7, cuando vendió 2.070 millones asegurándose la operación con un bono a dos años, el Tesoro se enfrenta al más difícil todavía. Totalmente evaporado el ‘efecto rescate’, la prima de riesgo está a un paso del ríécord histórico de 548 puntos firmado el 1 de junio y, sobre todo, no se han despejado en absoluto las dudas sobre la seguridad de la deuda española.
Tras el rescate de 100.000 millones de euros aprobado el sábado por el Eurogrupo, la cuestión capital es quiíén tiene prioridad a la hora de cobrar. Es decir, si Bruselas e incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI) son los primeros en la lista en detrimento de los bonistas en caso de impago.
De la procedencia del cheque al sector financiero español dependerá el resultado. El Tesoro intentó ya el mismo sábado parar el golpe en un comunicado oficial a los creadores de mercado en el que aseguraba que la ayuda financiera “no va a socavar las condiciones actuales del saldo vivo de la deuda pública española". Una duda de enormes proporciones que cuestiona el íéxito de las tres subastas de junio.
El día 19 –dos días despuíés de las elecciones griegas- es el turno de las letras a 12 y 18 meses, el 21 hay subasta de obligaciones y el día 26 se venden letras a tresy seis meses. “No son plazos demasiado exigentes y España cuenta con un amplio colchón, pero la clave estará en la demanda. No ayuda nada la gíélida acogida de los mercados al plan de rescateâ€, señalan en la mesa de una caja de ahorros.
El Tesoro tiene que luchar por lo tanto contra las expectativas crecientes de un rescate integral a la espera de que Bruselas aclare si la nueva deuda emitida por España tiene los mismos galones que la que ya está en circulación. Si no hay novedades, las grandes víctimas pueden ser los bancos españoles, que tendrían que absorber a la fuerza las nuevas emisiones engordando con deuda nacional sus ya cargadísimas alforjas.
Exceso de ruido
La escalada de la incertidumbre es extraordinaria. El rescate no sólo traslada el riesgo desde los bancos hacia el Estado a la espera de conocer los detalles definitivos. El problema excede a España. Italia ya se ha contagiado, los países intervenidos claman por unas condiciones más parecidas a las de España que las que ellos sufren en la actualidad y no se espera intervención alguna del BCE hasta el 28 de junio, cuando se celebra la próxima cumbre Europea. “No llegamosâ€, repiten en las mesas de contratación.
El problema del Tesoro es de credibilidad. El 31 de mayo, el secretario general del Tesoro y Política Financiera, íñigo Fernández de Mesa, aseguraba que "las subastas de las próximas semanas ni se van a aplazar, ni se van a suspender" y que el Tesoro no se planteaba un posible rescate europeo a la banca española.
El escenario es ahora totalmente distinto, por más que el Estado ya ha cubierto el 58% de las necesidades de financiación para este año y que, en principio, no van a hacer falta emisiones de un gran volumen este año. En el primer trimestre, el Tesoro se ha financiado a un coste medio del 3%, por debajo del 3,9% del mismo período del año pasado.
Ayer, el bono español a 10 años cerró en el 6,65%, el cinco años en el 5,91% y el dos años en el 4,72%. Unas rentabilidades tan insostenibles como las declaraciones de Fernández de Mesa hace doce días, cuando confió en que el Tesoro “no tenga ningún problema†en las próximas subastas