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Autor Tema: “Todaví­a hay cierto riesgo de que España tenga que ser rescatada”  (Leído 240 veces)

Eguzki

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El sentimiento del mercado fuera de España sigue siendo de gran escepticismo porque se duda de que vaya a ser capaz de pagar la deuda que tiene. Según el director de análisis de MG Valores, el rescate aumenta el perfil de riesgo, pero no tiene por quíé ser algo insuperable, siempre y cuando se vea que el díéficit se puede controlar. En Bolsa, el riesgo de que España tenga que ser rescatada podrí­a llevar al Ibex a 5.500-5.200 puntos.

Nicolás López es director de análisis de la agencia de Bolsa MG Valores. Especialista en análisis y en gestión de fondos y carteras, ha desarrollado su carrera profesional en la Agencia de Bolsa Mercados y Gestión de Valores desde 1997. Es licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Mercados Financieros. Comenzó su trayectoria profesional como auditor en Arthur Andersen y en 1988 entró en contacto con los mercados financieros donde ha ocupando diversos cargos. Actualmente, está considerado como una referencia en el sector.

—¿El rescate financiero de la Unión Europea a España de 100.000 millones es suficiente para disipar de una vez por todas las dudas sobre el sector bancario?

—No, porque el problema de fondo es si España va a ser capaz de pagar la deuda que tiene. Y no se va a resolver hasta que veamos que la economí­a vuelva a crecer, y además, que el díéficit estíé controlado. Aunque este rescate es positivo y deberí­a calmar todo el problema que ha habido de salidas de capitales de financiación de los bancos, ahora mismo está por ver si en los próximos meses conseguimos romper ese cí­rculo vicioso que hay. El ajuste del díéficit y la recesión cada vez más fuerte hacen que los ingresos fiscales disminuyan, creando a su vez más ajustes y más recesión. Con un díéficit del 9% la deuda aumenta otro tanto cada año que pasa, y los inversores están temerosos. No es la solución definitiva. En los próximos meses veremos si se ha dado un paso hacia adelante o seguimos igual.

—¿Cuál es el sentimiento del mercado en estos momentos?

—El sentimiento del mercado fuera de España sigue siendo de gran escepticismo. Y al final, todo depende de que los inversores extranjeros sigan comprando deuda porque ahora han dejado de comprar. Ven a España como a un paí­s que ha entrado en una dinámica donde la economí­a está en recesión. Asimismo, creen que no somos capaces de controlar el díéficit o que es muy difí­cil de controlar si no hay algún cambio en la estructura de las instituciones europeas, como pudiera ser una intervención del BCE. Esto no quiere decir que estemos sentenciados, pero entiendo que puedan estar a la expectativa y pensando que lo tenemos complicado.

—¿Seguirá saliendo el capital de España?

—Hay que matizar el tema del capital, al que se le ha dado mucha importancia. Lo que ha salido tiene que ver, básicamente, con la financiación del corto plazo del sector bancario. Es donde los bancos europeos se han puesto más defensivos y han dejado de prestar a corto plazo. Es de esperar que si esta recapitalización tiene íéxito, uno de los efectos serí­a tranquilizar, de alguna forma, al resto de bancos o del sector. Volverí­an a restablecer esos cupos con normalidad y se frenarí­a esa salida de capital. Entiendo que, lógicamente es lo que tiene que suceder. Si no sucede así­, está claro que esto no habrá servido para nada. Pero si, de alguna forma, los números que se hacen con el saneamiento convencen, dejará de salir ese dinero y volverá a haber unos flujos más normales. Desde luego en España no se están llevando el dinero fuera. Siempre hay casos particulares pero no hay una salida de depósitos ni de patrimonios de españoles.

—¿Por quíé lo llaman rescate a la banca cuando realmente es el Estado español el último responsable de devolver el dinero prestado?

—Es un rescate limitado. Es un rescate a la banca pero el Estado tiene que hacerse responsable o garantizar que ese dinero se va a devolver. En definitiva es un rescate al Estado para capitalizar a la banca. Está claro lo que es. Todos lo entendemos y llamarlo de una forma o de otra, depende más del matiz que uno le quiera dar.

—¿Cómo le va a afectar a la deuda pública española?

—Ahí­ está el gran problema. Inicialmente va a aumentar el endeudamiento de España, dependiendo todaví­a de cuál sea el importe. No hay porquíé usar los 100.000 millones de euros, pero suponiendo que sean 60.000-70.000 millones supone un aumento significativo de la deuda y en consecuencia puede incidir en que haya más dudas sobre nuestra capacidad de pagarla. Pese a todo, el nivel de deuda que tiene España todaví­a está en la media baja en Europa. En sí­ mismo, serí­a manejable siempre y cuando se vea que el díéficit se empieza a controlar. Creo que ahora tenemos más un problema de díéficit. Hemos visto que el año pasado no se ha conseguido bajar nada porque los ingresos fiscales se vinieron abajo y el mercado tiene esa duda acerca de lo que ocurrirá este año. Sobre el papel todo sale pero con una recesión, vamos a ver quíé pasa. El rescate en sí­ aumenta algo el perfil de riesgo, pero siempre y cuando se vea que el tema del díéficit se puede controlar no tiene por quíé ser algo insuperable. Un factor optimista es que el agravamiento de la recesión que hemos sufrido en estos últimos cinco meses, casi seis, en parte se debe a los bancos. Los bancos han tenido totalmente cerrada la financiación y esto ha supuesto ahogar más la economí­a de lo que, a lo mejor, hubiera sucedido en otras circunstancias. Si esta recapitalización permite que haya más financiación para la economí­a puede ser que mejore un poco la situación. Despuíés queda la ví­a más contundente, que es hacer ajustes, tanto a travíés de la subida de impuestos como del IVA porque no dependen tanto de la caí­da de la economí­a. Y siempre nos queda la posibilidad de que el Gobierno haga una nueva ronda de ajustes próximamente, que parece probable y con eso cuenta el mercado. En principio el Gobierno dice que no, pero si los números dicen que no llegamos, habrá que hacerlos.

—¿Cuáles van a ser las consecuencias finales del rescate financiero para la banca española? ¿Acabará desapareciendo un número mayor de entidades de las que estaban previstas?

—Hay que contar con que los bancos que reciban ayudas van a ser intervenidos. La intervención de un banco son palabras mayores en este sentido. Eso implica un cambio radical en la gestión y una fuerte píérdida para los accionistas. Si no total, sí­ importante por la dilución que supone. No van a pagar dividendos durante un tiempo, porque tienen que pagar primero los intereses del dinero que ponga el Estado. La experiencia que tenemos de otros bancos que han sido intervenidos en Europa o EE UU es que al accionista le supone asumir una píérdida muy importante que, por otra parte, ya casi está asumida por el mercado. Lógicamente, el punto final despuíés del saneamiento será venderlos de aquí­ a dos o tres años. No tiene sentido que el Estado se mantenga en una serie de bancos o cree un megabanco público. Es más, lo normal es que el Estado ni siquiera interviniese del todo en la gestión.

—¿Quíé podemos esperar en la Bolsa en los próximos meses?

—Todaví­a veo cierto riesgo de algún susto más. En concreto de que España tenga que ser rescatada. Y que lleve al Ibex a 5.500-5.200, un lí­mite que no está tan lejos, siempre y cuanto no vayamos a la catástrofe y el euro se rompa. Ahora bien, tampoco creo que este vaya a ser un año en el que se vaya a producir la gran recuperación. Como mucho nos mantendremos entre 7.500 y 5.500 puntos y a ver si, al final del año, estamos en la parte de arriba, viendo la salida del túnel

— Ante el panorama que se avecina, ¿quíé activos pueden resultar más atractivos para el inversor?

—Depende de cada inversor. En general, estamos en niveles de precios en los que la renta variable en España ofrece una rentabilidad, en principio, mejor que cualquier otro activo alternativo. Al menos para un español. Claramente mejor que los inmuebles que no van a subir en diez años, o que la renta fija porque sólo los dividendos dan más. El único problema es la volatilidad. Y eso, no todo el mundo lo aguanta. Para un inversor de largo plazo con una inversión diversificada, en el que haya una parte de renta variable, acorde a lo que es su capacidad de riesgo, no veo por quíé no. S