Por... Richard W. Rahn
¿Quíé unidad del gobierno tiene el derecho a cobrarle impuestos —su gobierno local, regional o a nivel de estado, el gobierno federal o las organizaciones multinacionales como las Naciones Unidas, el Banco Mundial o la Organización Mundial de la Salud? La razón por la cual esta pregunta se está volviendo más importante es que un creciente número de personas e instituciones políticamente poderosas están haciendo un llamado a que se cobren impuestos globales sobre cosas como las transacciones financieras, el tabaco, el azúcar y las emisiones de carbono.
El concepto moderno de la Estado-Nación empieza con el Tratado de Westphalia en 1648. Entre otras cosas, este limitó el poder del soberano al territorio del Estado, incluyendo el poder de cobrar impuestos. La Revolución Americana fue, en parte, una lucha que demandaba que “no se cobren impuestos sin representaciónâ€. A pesar del íéxito de esa revolución, el principio de no tributar sin representación fue violado desde el inicio, por razones buenas y malas. Una vez que el gobierno divide a la gente en clases, la gente puede ser tributada sin su consentimiento. La franquicia del voto original estaba limitada a los hombres que poseían una propiedad; de manera que las “clases†de mujeres y no propietarios eran tributados sin su consentimiento, junto con los negros en los estados que permitían la tenencia de estos.
La gente ya no está clasificada de acuerdo al sexo o la raza en la gran mayoría de países cuando se trata de derechos de votar, pero si está de moda clasificar a la gente de acuerdo a su ingreso u ocupación y luego cobrarles impuestos de manera diferente —negando así el derecho humano fundamental de ser igual ante la ley. Ahora este concepto de trato desigual y de una falta de representación está siendo promovido alrededor del mundo, de tal forma que la gente (incluso los que no son ricos) en países ricos debería pagar más impuestos para mantener a las personas en los países pobres —en la práctica, demasiadas veces para la corrupta clase gobernante.
Los Padres Fundadores comprendían que las personas tendrían más influencia sobre su gobierno si este estaba más cerca de ellos, razón por la cual EE.UU. fue organizado como una república federal. En virtud de la Constitución, el gobierno federal tiene pocos poderes y los gobiernos a nivel de los estados y locales tienen muchos poderes si la gente así lo desea. El poder de cobrar impuestos es uno de los poderes más coercitivos que los gobiernos tienen, así que este es extremadamente peligroso para la libertad y la prosperidad.
Considere las consecuencias si las organizaciones internacionales obtienen la habilidad de cobrar impuestos. Los burócratas exentos del pago de impuestos, quienes conducen estas organizaciones, tendrán una lista sin fin de “necesidades no satisfechas†y por lo tanto crearán razones para aumentar los impuestos perennemente. Las Naciones Unidas está presionando para que haya un impuesto global sobre las transacciones financieras “para compensar los costos de soportar crisis económicas, financieras, de combustibles, climáticas y de alimentos y para proteger los derechos humanos básicosâ€.
La Organización Mundial de la Salud, en el nombre de aumentar los gastos para las investigaciones de salud que “afectan de manera desproporcionada al mundo en vías de desarrolloâ€, recientemente ha propuesto en un nuevo reporte titulado “Impuesto sobre las Transacciones Financieras y Contribución Solidaria por el Tabaco†—que además de los impuestos sobre las aerolíneas implementados en algunos países, estos podrían ser utilizados para generar fondos que serían canalizados mediante un mecanismo internacional que suplemente los recursos nacionales†(lenguaje de burócrata global que quiere decir tomar su libertad y dinero y dársela a otros).
James Hansen de la NASA nuevamente propuso recientemente un “impuesto uniforme global†sobre el carbono para detener el calentamiento global. En 2009, la entonces presidenta del congreso expresó su respaldo al “impuesto global†del Grupo de los 20. En marzo, el vicepresidente Joseph R. Biden dijo “Queremos crear un impuesto global mínimoâ€. Y eso sigue así…
En resumen, los partidarios del impuesto global están demandando que las personas más productivas del mundo y las instituciones den más dinero a las instituciones globales, no democráticas, que han estado llenas de mala administración y de corrupción, así que aquellos dentro de las instituciones globales pueden gastarlo como deseen con prácticamente ninguna rendición de cuentas. La mala asignación de recursos resultante hará que el mundo se más sucio y más pobre, con un desempleo más alto.
El dinero recaudado de los impuestos suele ser mucho mejor gastado cuando la gente puede ver como se gasta y quiíén lo gasta. Esto se logra más fácilmente a nivel local del Estado, donde puede haber una representación y rendición de cuentas más reales, en lugar de a nivel nacional y particularmente a nivel internacional, donde no hay una representación efectiva. Los problemas de la pobreza y de la negligencia ambiental muchas veces ocurren donde la gente no tiene representación efectiva ni rendición de cuentas —es decir, en países autoritarios.
Suiza es muy próspera, con poca pobreza y tiene estándares altos de salud, educación y medio ambiente así como tambiíén de libertades individuales. Gran parte de la tributación se realiza a nivel local y regional, donde hay un alto grado de democracia directa, representación y rendición de cuentas. Pregúntese si el mundo estaría mejor con muchas más Suizas —o muchas más burocracias que no rinden cuentas cuando cobran impuestos y gastan su dinero.