Hacienda ha confirmado ya que está estudiando la estructura de tipos de gravamen del IVA y quíé bienes y servicios están en cada uno de ellos, lo que ha puesto en pie de guerra a los sectores afectados. "Subir el impuesto que grava al consumo es una locura, sería un drama que provocaría el cierre de miles de bares y restaurantes", asegura Emilio Gallego, secretario general de la Federación Española de Hostelería y Restauración (Fehr). ¿Sobre quíé productos subirá el IVA el Gobierno?
Merkel no se cree que Rajoy vaya a cumplir este año la previsión del díéficit y ha forzado a que Madrid ejecute un plan de ruta que incluye esta subida, que será un jarro de agua fría para los únicos sectores que aún logran resistir la recesión.
El Gobierno pretende que una gran parte de los productos que pagan un gravamen reducido, del 8%, pasen a abonar el general, del 18%. El agua, los alimentos no básicos, hoteles, bares y restaurantes, el transporte, los espectáculos, el dentista, la peluquería y hasta la vivienda se verían afectados.
El poder de la hostelería
En España hay más de 360.000 empresas de restaurantes, bares y cafeterías que dan empleo a 1,4 millones de personas, representando el 7% del PIB. "Tanto el turismo como la hostelería siguen siendo los sectores con más músculo, pero si se accede a un incremento de la presión fiscal se restaría atractivo a nuestro país. Hay que explicárselo a Merkel y a Almunia", insiste Gallego.
Junto a bares y restaurantes, el sector turístico es el que tiene más motivos de alarma. Y más teniendo en cuenta que el actual Gobierno ha pasado de prometerles una rebaja al 4% a asegurarles que el IVA turístico no se iba a tocar bajo ningún concepto, hasta finalmente poner sobre la mesa la subida. Y eso dos días despuíés de aprobar el Plan Turístico Integral, que contempla una inversión de 1.800 millones en cuatro años.
"El Plan suena bien como música de fondo, pero el mejor plan vacacional sería bajar el IVA y recuperar la competitividad. Esta subida nos saca del mercado", dice Raúl González, consejero delegado de Barceló.
Los hoteleros coinciden en que una eventual subida del tipo impositivo sería catastrófico para el mercado al lastrar la demanda nacional, ya de por sí muy dañada (las ventas han caído un 15% respecto a las del mismo mes de 2011) y se comería la rentabilidad.
"La subida del IVA sería un terrible golpe para el sector, que recordemos es la primera industria de nuestro país y principal impulsor de la recuperación económica. Es un sacrificio inasumible que penalizará la demanda, provocará una nueva píérdida de competitividad y reducirá la rentabilidad de los empresarios turísticos, arruinando su cuenta de resultados", insiste Gabriel Escarrer, consejero delegado y vicepresidente ejecutivo de Meliá.
Desde que empezó la crisis, el sector ha bajado mucho los precios, ajustando al máximo su margen de beneficios, para tratar de mantener la demanda. Según la consultora Ernst & Young, el margen sobre ventas es de un 4%, por lo que un alza de los impuestos de 10 puntos porcentuales provocaría píérdidas.
"Supone entrar en números rojos. Además, este año es inviable repercutir el alza a los clientes, por lo que la subida iría directamente a la cuenta de resultados de los hoteles y como muchos no lo podrán soportar terminarán cerrando", explica Josíé Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo del lobby turístico Exceltur. Se calcula que solo entre un 5 y un 10% de las empresas turísticas podría asumir una subida del IVA en sus cuentas de resultados sin entrar en píérdidas.
¿Crear empleo?
"Las tarifas de IVA reducido son un instrumento esencial para la sostenibilidad del turismo en España. Subirlo es una política equivocada para el mantenimiento del empleo y la creación de riqueza", dice Juan Molas, presidente de la Confederación de Establecimientos Hoteleros (Cehat). Lo cierto es que el turismo es de los pocos sectores que todavía crean empleo y aporta el 10% de PIB, una situación que se podría dar la vuelta con este incremento.
No sólo supondría una contracción muy fuerte de la demanda española, que supone el 50% del total, si no que, de cara a 2013, al subir el precio final se pierde competitividad frente a otros mercados más jóvenes como Turquía o Croacia, lo que frenaría la llegada de turistas extranjeros, que son los que han tirado del sector en los últimos años. "El turismo es el principal exportador en España y eso hay que cuidarlo", dice el vicepresidente ejecutivo de Exceltur. En la misma línea se pronuncia tambiíén el presidente de Orizonia, Fernando Conte: "La subida del IVA junto con al alza de las tasas aeroporturias es un varapalo".
Todos coinciden así en que sería un suicidio aplicar el alza ahora mismo. En octubre todavía habría margen para capear el temporal, pero ahora mismo el sector se juega el 65% de los ingresos, en plena temporada alta. La incertidumbre sobre cúando y cómo se aplicará la subida de la tasa ha congelado las ventas de los hoteles a los touroperadores de cara a 2013.
Los gigantes como Thomas Cook no están dispuesto a asumir ningún alza de IVA y los hoteleros no se atreven a fijar un precio para luego perder dinero. Al margen del turismo y la hostelería, otro de los mercados que puede resultar más castigado es el del comercio. Sobre todo porque si se confirma la subida, serán muchos los alimentos, todos aquellos que no se consideran esenciales, cuyo precio tendrá que subir con fuerza. Las grandes cadenas de distribución han ajustado ya al máximo sus márgenes -alguna incluso están en píérdidas- y no hay posibilidad alguna de no repercutir el precio.
Tambiíén el comercio
Los más preocupados son lógicamente los pequeños comerciantes. El presidente de la Confederación Española del Comercio (CEC), Manuel García Izquierdo, dice que hay 75.000 tiendas en peligro de cierre: "El panorama es negro, lo vamos a pasar muy mal. Nuestro Gobierno tiene que entender que lo que importa es reactivar el consumo, porque llevamos cuatro años de caída. Subir el IVA lo hundirá más", dice.
En la misma línea se pronuncian tambiíén el resto de asociaciones de grandes y medianas empresas. Entre los supermercados, Aurelio del Pino, director general de la patronal Aces, insiste en que una medida como íésta sólo servirá para acentuar la caída. Ignacio García Magarzo, su homólogo en Asedas, la patronal que lidera Mercadona, explica, por su parte, que "si hay una subida debe ir acompañada de una rebaja de las cotizaciones sociales para que las empresas no pierdan competitividad".
Mucho más cauto se muestran, sin embargo, en Anged, la patronal de las grandes empresas de distribución, que defiende los intereses de El Corte Inglíés, Carrefour, Eroski o Alcampo. "Es cierto que subir el IVA puede incidir negativamente en la enorme debilidad que ofrece la demanda interna, pero no deben valorarse medidas económicas de forma aislada, sino en el conjunto, y sería conveniente establecer un programa a medio plazo que eliminen factores de incertidumbre en los mercados", explica el director general de la patronal, Javier Millán-Astray.
La preocupación es máxima tambiíén en otros sectores. Alison Cooper, la consejera delegada del grupo británico Imperial Tobacco, con marcas como Fortuna o Ducados, explicó ayer que una subida de tan sólo tres puntos en el IVA encarecería la cajetilla de tabaco 40 cíéntimos. "No hay margen para mayor presión fiscal. Si lo hacen, se disparara más el tráfico ilícito", aseguró.
En el transporte, Rafael Barbadillo, presidente de la patronal de autobuses Asintra, recuerda que en su caso "los precios subirán y afectarán a un bien de primera necesidad, un bien social porque hay que no tiene otro modo de desplazarse".